El Deportivo inició este lunes una semana ligeramente diferente a las habituales por la separación de partidos entre el del pasado sábado en La Rosaleda y el del próximo domingo frente al Burgos. La plantilla trabajó ayer al regresar de Málaga y descansará mañana. Entre ambos días, una nueva sesión de recuperación en la que hubo cara y cruz para los tocados, con el foco puesto en Barbero y Escudero.
Ambos fueron baja de última hora por sendas lesiones que, a falta de parte médico oficial, explicó como pudo Óscar Gilsanz tras el empate. La noticia positiva la pone el delantero andaluz, que se lo perdió por un golpe en la rodilla. La evolución es favorable y este lunes, aunque todavía al margen, ya se le vio trabajando sobre el césped de Abegondo junto al readaptador físico. Se espera que el miércoles vuelva al grupo y esté disponible para el duelo en El Plantío.
Con más calma habrá que ir con Escudero. En su caso, el problema fue en el codo por un «mal apoyo», como apuntó el técnico. Al tratarse de la articulación que ya lo dejó KO para el inicio de temporada, los servicios médicos quieren ir con el máximo cuidado. El lateral ni siquiera salió al campo, aunque el propio Gilsanz tranquilizaba asegurando que no parecía algo grave.
Vuelve Villares, se espera que vuelva Lucas Pérez
La otra ausencia destacada fue la de Lucas Pérez, al que una gripe le impidió jugar en Málaga. El coruñés sigue recuperándose de ese proceso y no debería tener problemas para estar ante el Burgos, pero de momento continúa sin entrenarse con sus compañeros.
Sí estuvo con todos Diego Villares. El mediocentro de Vilalba se perdió la última jornada por sanción y estará de nuevo de vuelta este domingo para que Gilsanz tire de él si lo considera necesario.