El pliego de cargos emitido por el juez instructor de la RFEF el pasado sábado, en el que solicitaba el descenso del Fuenlabrada, fue un paso más hacia el final de todo el lío existente en la Segunda División. Pero no se trata de un paso definitivo ni, en ningún caso, uno que acerque el desenlace a próximas fechas. Porque entre fechas para alegaciones, recursos y la justicia ordinaria en el horizonte, el Caso Fuenlabrada apunta a irse como muy pronto a septiembre, como mínimo, a menos que se acabe llegando a una solución política.
Porque el juez instructor propuso el sábado el descenso del conjunto madrileño. Pero es sólo eso, una propuesta. Se abrió entonces un plazo de 10 días para que se presenten alegaciones, y eso sólo antes de que el Comité de Competición tome una decisión. Sea cual sea, bien aceptando la propuesta o denegándola, comenzará el plazo para recurrir ante el Comité de Apelación y, posteriormente, al TAD.
Para entonces ya agosto habría terminado. LaLiga tenía previsto comenzar la nueva temporada a mediados de septiembre, pero todavía quedaría por jugar la carta de la justicia ordinaria. Y esto por parte de cualquiera de los dos equipos. Sobre todo por la vía de solicitar medidas cautelares para que se paralice el curso 2020-21 hasta que se resuelva todo el proceso.
A la espera de que el CSD rompa su silencio
Después del desprecio de Javier Tebas por la Liga de 24, todo hace pensar que el proceso seguirá dilatándose si no hay una intervención política que lo resuelva. Ese es precisamente el papel que debe jugar un CSD que sigue guardando silencio desde el 22 de julio, cuando cargó contra LaLiga y el Fuenlabrada por no informar de los positivos antes de viajar. El organismo que preside Irene Lozano no ha vuelto a manifestarse pese a que, en lo que es el aspecto exclusivamente deportiva, fue uno de los participantes en la decisión de aplazar únicamente el encuentro entre Deportivo y Fuenlabrada.