«Me he cortado y mi sangre sale azul», así arrancaba Santi Cazorla, micrófono en mano, las celebraciones en el estadio Carlos Tartiere después de un día histórico para el Real Oviedo. Los asturiano volvieron a Primera División 24 años -y mil desventuras- después, con el de Lugo de Llanera como líder en el campo y fuera de él. Un referente para los más jóvenes, anteponiendo el corazón al dinero al igual que hizo hace no mucho Lucas Pérez en el Deportivo.
Ambos futbolistas, compañeros de vestuario durante su etapa en el Arsenal, forman ya parte de las grandes hazañas en Oviedo y A Coruña, siendo decisivos gracias a su calidad y veteranía. En el caso de Cazorla, abriendo camino a la remontada contra el Mirandés con un gol de penalti; el coruñés marcando un golazo de falta en el partido decisivo frente al Barça Atlètic. Dos historias diferentes, pero muy similares en lo que al final feliz se refiere.
En lo que sí coinciden es en el cariño de ambas aficiones por dos referentes que recibieron la debida ovación y en el caso del asturiano, el manteo de una marea azul que se coló en el césped tras el pitido final. «En casa estamos bien, ¿eh?», dijo Lucas en el Deportivo – Oviedo. «Y tanto que sí», podría responder ahora Santi.
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“𝑁𝑜 𝑑𝑖𝑟𝑒́ 𝑛𝑜 𝑙𝑙𝑜𝑟𝑒́𝑖𝑠, 𝑝𝑢𝑒𝑠 𝑛𝑜 𝑡𝑜𝑑𝑎𝑠 𝑙𝑎𝑠 𝑙𝑎́𝑔𝑟𝑖𝑚𝑎𝑠 𝑠𝑜𝑛 𝑎𝑚𝑎𝑟𝑔𝑎𝑠”#OviedoSiempreDePrimera#HoyEsReal#RealOviedo 🔵⚪️ pic.twitter.com/yu3Z3ZYuN2
— Real Oviedo (@RealOviedo) June 21, 2025
Lucas ‘cedió el testigo’ en Riazor
Una de las imágenes de la temporada tuvo lugar en la primera jornada del campeonato, con el reencuentro de ambos en la victoria del Real Oviedo en Riazor. Tras el pitido final, ambos se fueron al túnel de vestuarios y allí se sentaron para charlar, quién sabe de qué, e intercambiar camisetas. Un momento que ahora se torna simbólico, como si el ‘7’ le hubiese cedido el testigo para alcanzar un éxito inolvidable ya para el oviedismo.