Fue uno de los grandes recursos del Deportivo en la época de ‘vacas gordas’. Pero tras el partido ante el DUX Inter del 23 de enero, el conjunto coruñés lo ha perdido por el camino. El Dépor sustentó gran parte de su producción en el acierto en el centro-remate, pero desde la jornada 17 no encuentra el gol a través de un envío desde la banda. Ante el Badajoz, tocó fondo con 14 centros y ninguno preciso. Urge reencontrar el camino.
13 de sus 29 primeros goles llegaron a partir de un centro desde uno de los dos carriles exteriores. El Dépor fluía en ataque y ponía a sus jugadores de banda en ventaja para generar envíos hacia un área cargada y en la que en muchas ocasiones se imponían las camisetas blanquiazules. El cuadro coruñés generaba prácticamente partido sí, partido también goles a través de los centros laterales. Pero fue llegar febrero y, con él, el apagón.
Y es que la crisis de resultados del Deportivo discurre paralela a su incapacidad para materializar las situaciones de centro que genera. Ocho encuentros acumula el conjunto de Borja Jiménez sin aprovechar un envío lateral. Y cuatro míseros goles ha marcado en esos partidos. Aunque no será por no haberlo intentado. Y es que el Dépor no ha disminuido su tendencia a centrar en este último tramo negativo de competición. De hecho, al contrario. Al tener que llevar el peso del encuentro, el bloque herculino firmó ante el Real Unión, la SD Logroñés, el Racing de Santander o el Racing de Ferrol varias de sus cifras más altas de envíos desde los costados, aunque sin acierto definitivo.
De este modo, no existe una relación directa entre el número de centros del equipo y su capacidad para generar un mayor volumen de ocasiones de peligro. Contra el Real Unión en el Stadium Gal el Dépor avasalló al rival y alcanzó la barbaridad de 44 centros. Pero otros encuentros productivos como los triunfos ante el Valladolid B o la Cultural se gestaron sin la necesidad de reiterar envíos desde las bandas. Es más, en el partido de León, el Deportivo logró sus tres tantos a raíz de situaciones de envíos al área desde el perfil izquierdo. Aunque solo uno se cristalizó como gol de centro-remate limpio, sin segundas jugadas. Aquel día tan solo ejecutó 10 centros, 3 de ellos con destino atinado a un compañero.
Mientras, contra el Sanse en Riazor o en A Malata, el bloque coruñés produjo una buena cantidad de centros, pero el valor de sus ocasiones generadas fue bajo. Centrar no es garantía de éxito.
Más vale calidad… y remate
De este modo, parece evidente que más vale calidad que cantidad. Aunque tampoco se puede decir que el Dépor haya disminuido su precisión a la hora de centrar. El equipo de A Coruña es el séptimo de su grupo que más centros pone por partido, con 15,7. Y en cuanto a precisión, gana un puesto: es sexto, con un 32,3% de acierto. Es decir, prácticamente uno de cada tres centros van a un compañero. La media porcentual se cumple si filtramos solo los últimos encuentros, salvo por la desgraciada excepción de Badajoz.
¿A qué se debe, por tanto, el bajón? Por un lado, es evidente que el Deportivo ha dejado de generar situaciones tan ventajosas en los costados.
A la baja de Víctor García, autor de dos asistencias, el centro del gol ante la UD Logroñés y el remate que propició el tanto contra el Bilbao Athletic, se le une el mal momento de Héctor Hernández. El vallisoletano generó cuatro asistencias de gol con sus centros. Pero en los últimos encuentros ha centrado 25 veces en con 5 tan solo acertados. Un porcentaje que baja su media de precisión -una de las mejores en Primera RFEF- a un 33,3% que todavía es notable, pero inferior a sus cifras de antaño.
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Héctor es el futbolista de la categoría con más éxito en el dribbling (72,7%). Algo que demuestra que el Dépor ha sido capaz de ponerlo en buena disposición para que, en carrera, superase a su par. Porque el zaguero no es, precisamente, un jugador diferencial en su capacidad de regate. Sin embargo, en las últimas fechas, sus intentos de uno contra uno han descendido. Y su éxito en ellos, también.
Tampoco son malas las cifras de Diego Aguirre: 7,2 centros cada 90 minutos y 31% de precisión. Sin embargo, el ex del Numancia acumula dos encuentros sin encontrar al compañero. Sus 11 últimos centros se han ido al limbo. En el costado derecho, menos productivo para el Dépor durante toda la temporada, Trilli tampoco solventa el problema. El canterano firma 3,7 centros por cada 90 minutos, pero su acierto es más bajo: 28,9%.
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Sin embargo, centrarse solo en las dificultades de los laterales -los principales centradores del Dépor- sería un error. Y es que en ocasiones, un centro puede ser bueno pero hacerlo malo el futbolista que lo ataca. En este sentido, Miku, Quiles y Noel no están, ni de lejos, siendo capaces de repetir la capacidad intimidatoria que tenían durante la primera vuelta.
El venezolano, autor del gol ante la SD Logroñés cazando un envío de Héctor y de otros tres en rechaces tras centros, ha rematado 12 veces desde el encuentro contra el DUX, pero solo 3 entre palos. Por su parte, Quiles suma 9 disparos de febrero hasta la fecha. Solo uno a puerta, el balón que le robó al portero del Calahorra. El andaluz era el más prolífico, con 4 tantos en liga tras centro. Su capacidad para aparecer desde el lado contrario dañaba a las defensas, pero hace mucho que no la saca a relucir. Por último, Noel López no ha tenido opción de chutar en sus últimas 7 apariciones con el primer equipo. El de Silleda suma 3 goles de remates tras centros.
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De este modo, el Dépor vive una crisis colectiva e individual que no le ayuda a recobrar las sensaciones que tenía. El centro era una de sus grandes armas para dañar a los rivales. Pero más allá de que sus contrincantes ya le conocen y se centran en contrarrestar esta vía, al equipo coruñés le está costando poner a sus futbolistas cerca de la línea de fondo para centrar. Y cuando los envíos son buenos, los receptores no sacan las garras como antaño.