El Deportivo de La Coruña se mide por primera vez al CF Fuenlabrada desde el polémico encuentro final de la temporada 19-20, salpicado por los casos de Covid en el conjunto madrileño. El cuadro fuenlabreño mantiene todavía en su plantel a un puñado de jugadores que estuvieron a punto de clasificarse para el playoff de ascenso a Primera. Incluso en el banco está Mere Hermoso, el técnico más importante de la historia del club. Pero el equipo azulón tiene poco que ver con el del último precedente. Y a pesar de que es un recién descendido con el objetivo de aspirar a regresar a Segunda, por el momento, el CF Fuenlabrada es un gallo aún desafinado.
El conjunto madrileño no termina de ser un equipo sólido atrás, ni productivo con balón. Porque en términos generales, el Fuenla está encajando demasiado y siendo capaz de generar demasiado poco. Sin embargo, esa dualidad evidente que le mandaría a la zona baja no es tan así entrando en el detalle. Porque mientras fuera de casa el Fuenlabrada solo ha cosechado dos empates y logró dejar por primera vez su puerta a cero el pasado domingo en Pasarón, como local es uno de los equipos más sólidos: ha ganado 5 de 6 encuentros y únicamente ha encajado 4 dianas.
Bajo el calor del Fernando Torres, el Fuenlabrada está logrando ser ese equipo rocoso que siempre busca Mere Hermoso. Porque el Fuenla está lejos de ser un conjunto combinativo. No lo es, ni lo pretende. A partir de su habitual juego directo sobre los dos puntas, el cuadro madrileño se suele saltar la fase de inicio de juego y busca progresar a partir de ganar las disputas. No es de extrañar, por tanto, que el bloque azulón sea el segundo equipo que más balones largos promedia por partido (51,7).
Sin embargo, ese plan le hace ser un equipo relativamente previsible a nivel ofensivo, aunque difícil de defender si no se le iguala la intensidad y el posicionamiento y vigilancias no son óptimos. Porque a partir de saltarse los primeros pases cerca de área propia, la intención del Fuenla es encontrar rápido los costados. Y una vez ahí, tratar de ser profundo y cargar el área.
Y como el juego es una sucesión constante de ciclos interdependientes entre sí, el hecho de no atacar bien no le está ayudando a defender a gran nivel. El CF Fuenlabrada trata de ser estrecho para ganar esos duelos. Pero, si no lo hace, acaba por convertirse en un equipo excesivamente basculado, al que le está costando presionar la pérdida y al que le encuentran los espacios entre líneas y en el lado contrario. Así ha encajado muchos goles: en transición defensiva o dejando demasiado vacío el carril más alejado de balón.
De este modo, la contundencia defensiva no está todavía entre sus cualidades. Sobre todo, cada vez que va por detrás y tiene que exponer. Precisamente por eso ha recibido varias goleadas que emborronan sus números y ofrecen una sensación de fragilidad que, en casa y con 0-0, no es tal.
El CF Fuenlabrada, una plantilla tremendamente veterana
La plantilla del próximo rival del Deportivo es, de largo, la más veterana de la categoría. Mere Hermoso tiene a su disposición un bloque con una media de edad de 30,2 años. Además, su ‘columna vertebral’ está conformada por futbolistas de amplia experiencia, pero necesitados de un ritmo de juego bajo. El meta Dani Hernández, con pasado en Primera, ha sustituido en los últimos partidos a un Pol Freixanet que había empezado la temporada a un nivel muy bajo. Por delante, el capitán Juanma Barrero es insustituible en el eje de la zaga a sus 40 años.
Juanma comanda una defensa que suele ser de cuatro en una estructura habitual de 4-4-2 que puede transformarse, según el partido o el momento, en un 5-3-2. Normalmente, Iribas y Bolaño, de 34 y 37 primaveras respectivamente, acompañan al capitán atrás. Por delante de la zaga, aunque a veces puede ejercer como central, un Aleix Coch que blinda todavía más por alto esa zona del campo. Cerca del ex del Sabadell suele jugar otro futbolista muy físico como Mohamed Diamé, con bagaje en el Rayo o en la Premier League. Eso deja con pocas opciones, al menos desde el inicio, a ‘estilistas’ como Enzo Zidane o Cristóbal Márquez.
Tampoco ha entrado últimamente en los onces el talentoso Ibán Salvador, ex del Celta B. Segundo punta, en el plan de Mere ha venido jugando mucho tirado a una banda. Porque arriba, los dos puestos suelen estar reservados para el polivalente Fer Ruiz y Diego García. El primero es un clásico de la categoría, capaz de actuar de carrilero derecho el pasado curso con el Sanse o de segundo delantero esta temporada con el Fuenla. Tiene buen juego aéreo, aunque destaca sobre todo con el balón en los pies. Un multiusos que hace la vida más fácil a García, el joven goleador del equipo. El punta, cedido por el Leganés, aporta trabajo, disputas, movilidad al espacio y remate.
Mientras, el exdeportivista Diego Aguirre está pasando, por el momento, sin pena ni gloria por el CF Fuenlabrada. Barbosa, un extremo zurdo capaz de ejercer como carrilero, está frenando las posibilidades del toledano, peor a nivel defensivo que Bolaño. Por el carril derecho, el joven Cubero suma ida y vuelta a pie natural y limita también las opciones de un Aguirre que llegó a un gallo de la categoría que, por el momento, sigue desafinado.