Cristóbal Parralo se despidió esta mañana del Deportivo desde la sala de prensa de Abegondo y en primer lugar quiso «agradecer al presidente y al Consejo» por acompñarlo en la comparecencia y también «a la afición por el apoyo que he tenido desde el primer día hasta el último». «Siento que el trabajo no haya podido tener esa recompensa. Deseo que el equipo salga adelante y logre el objetivo de la permanencia y vaya aspirando a cosas más importantes. Solo pido que todo el mundo esté unido por la causa», añadió.
En la misma línea, afirmó que «es momento de estar todos juntos» y que el intentará «dar fuerza desde donde esté». «No es fácil tomar según qué decisiones y lo respeto todo. Me he ido a despedir y luego a desearles suerte. Nos hemos dado un abrazo con muchos jugadores y la mano. Todos deseamos lo mejor para el Deportivo y que empiece con una victoria el lunes. No voy a reprochar nada a los jugadores ahora. No se nos puede reprochar el trabajo, la dedicación, ni la entrega. El presidente y el Consejo decidieron que había que buscar alguna situación nueva para intentar recuperar el pulso a la competición», continuó.
Por otro lado, el cordobés se mostró «agradecido por la oportunidad» y reconoció que «el presidente no quería que me marchara» pero que «ahora mismo» no se ve «continuando en el club». «Soy entrenador y lo que quiero es entrenar. Son meses duros y difíciles. Quiero resetear y descansar, y veremos qué me depara el futuro. Yo no me arrepiento en absoluto. Ha sido una experiencia, y lo único que lamento es que los resultados no hayan acompañado. Venía a A Coruña con la idea de seguir creciendo como entrenador y me ha servido«, explicó.
En cuanto al trabajo general del club, destacó que «el Juvenil A está líder en la División de Honor y el Fabril segundo en Segunda B», por lo que «solo hace falta que arranque el primer equipo». «Se están sentando unas bases sólidas para que el club funcione de la mejor manera», aseguró.
Para finalizar, descartó «que los jugadores hayan bajado los brazos» ya que «no pueden permitírselo» y recordó que él no vino «para hacer amigos» sino «para que el equipo funcionara»; antes de hablar sobre Clarence Seedorf: «he coincidido en el pasillo y le he deseado suerte. Como entrenador no lo conozco, como jugador era espectacular. No puedo hablar porque no lo conozco. Solo le deseo la mejor de las suertes».