Rubén de la Barrera habló por primera vez de manera pública tras su cese como técnico del Deportivo esta mañana en Radio Coruña. El preparador herculino reconoció sentirse «indignado» por las formas del despido, ya que ayer miércoles recibió de David Villasuso una carta de despido por no haber cumplido el objetivo del ascenso en la «primera comunicación» entre el club y él desde el domingo. Pero recalcó su deportivismo y apuntó que volvería a atender una llamada del club.
«¿Si llega otro director deportivo y me llama? Soy tan deportivista y gilipollas que atiendo y hablo. Por supuesto que sí. Pero no sé si es deportivismo o ser gilipollas. Al final, el Dépor no es un entrenador, no es un jugador, no es un presidente. El Dépor es todo lo que estamos viendo todos estos años. Y más cuando las cosas no van bien. Es su gente, es esa masa social. Eso es el Deportivo. Volvería una, dos y tres millones de veces más», aseguró durante su intervención. «Ojalá se diese, aunque ahora hay que estar tranquilos y ver lo que está pasando», apuntó en su intervención final en la entrevista.
A pesar de su afirmación, fue escéptico ya que entendería que esa situación «sería la hostia ya». «Es lo que falta», ironizó. Asimismo, expuso que no tiene ningún problema con David Villasuso: «Salgo a al calle sin importarme a quien me encuentre. Y eso es lo más importante. ¿Veo a Villasuso? Sin problema ninguno. Faltaría más. No sé lo que es Villasuso y no sé lo que somos. Entiendo que hay una propiedad y será la que ha tomado la decisión. A David le habrá tocado, no sé si habrá participado, pero él importa poco. Me ha explicado eso, me entrega al carta y ya está».
El despido de Rubén de la Barrera
Más allá de no cerrar la puerta en un futuro a una tercera etapa en el Deportivo, Rubén de la Barrera habló del hoy y explicó su sensación tras su cese. «Es otro capítulo surrealista más. Y que sea en el Dépor me da pena. Lo que siento es muchísima pena y mucho dolor. No sabría decir mucho más. Porque es que poco tiene sentido», explicó Rubén al ser preguntado por cómo se sintió cuando recibió esa comunicación de despido.
Un despido que llegó de manera inesperada: «Ayer estaba yo en Betanzos, cenando con un miembro del staff y pasadas las 9 y pico me llega Whatsapp de Villasuso, que necesitaba verme. Y cuando llegó me dijo que acababa de salir del club, que se había acordado la salida del consejo y mi destitución. En la carta de despido se alega el no ascenso de categoría y se pone fin a la relación profesional».
«La carta es lo que dice. Entiendo que tiene que aparecer algún motivo que te lleve a tomar una decisión. Pero no tiene ni pies ni cabeza», añadió De la Barrera, que apuntó que él no entendía «muchas cosas», pero «es una decisión de la propiedad y se acata». «Lo que me indigna son las formas», matizó en otro momento de su intervención.
Sobre si alguna parte de su cese puede responder a teóricas exigencias al club, Rubén lo negó rotundamente: «Rubén es entrenador de fútbol y el cometido es lograr mayor rendimiento posible de los que están a su alrededor. No es ni el salvador de la patria, ni el Papa ni el dueño de la verdad absoluta. No solicito absolutamente nada. Nada». Es más, el ya exentrenador del Deportivo recalcó que no hubo comunicación con la entidad de ningún tipo y no sabía nada acerca de la salida de Rosende y Giménez. Tampoco acerca de las posibles contrataciones para el nuevo organigrama deportivo.
Preguntado por el Deportivo a nivel club que se encontró y que deja, tras no ser concreto acabó sentenciando: «Creo que en el Dépor se pueden hacer las cosas mucho mejor, sí».