Dépor Desencadenado

Suele decirse que en el fútbol la justicia la marcan los resultados, pero lo cierto es que hacía ya unas semanas que el Dépor estaba acumulando muchos más méritos que puntos. Ante la Real el engranaje hizo click y, de repente, todo parecía funcionar. La mochila cargada de presión ya no estaba y lo que había comenzado a verse en La Rosaleda con el 3-1 en contra volvió a repetirse con incluso una marcha más de fútbol.

Porque los de Garitano salieron al césped con las urgencias de mayo, no podía ser de otra forma. Los donostiarras, que este año no rehúye una buena batalla, se contagió del ritmo blanquiazul para que ambos conjuntos brindaran unos diez primeros minutos de vértigo. Se pudieron adelantar los visitantes, pero Tyton reaccionó a un centro envenenado, mientras que Rulli hacía lo propia ante la primera ocasión de Andone.

El rumano todavía tuvo otro mano a mano que no supo resolver como preludio del primer tanto. Sidnei, que estrenaba capitanía como deportivista, recogía en el área un saque de esquina para sacar su alma de delantero. Recorte con la derecha y disparo seco con la izquierda.

Casi por inercia y también por el empuje del los de Eusebio, el Dépor dio un paso atrás y los viejos fantasmas del día del Sevilla empezaron a sobrevolar Riazor, aunque esta vez la defensa no flojeó y en la primera que tuvo volvió a golpear. Çolak le puso un gran pase en profunidad a Andone, que al llegar a la línea de fondo puso el pase de la muerte como manda el manual. No apareció Babel, ni Gil, pero sí un desafortunado Íñigo Martínez para batir a su propio portero.

El segundo tanto desencadenó a los coruñeses. Al buen funcionamiento del nuevo centro del campo que forman Borges y Guilherme acabó por unirse la pieza que faltaba con la entrada en el once del turco. Entre los tres y con la ayuda de un Babel, que ha evolucionado en un centrocampista de primer nivel, se hicieron con el control del juego.

El tercer gol fue todo lo que pretende Garitano. Salida limpia de balón y chispazo en tres cuartos. El holandés vio perfecto el desmarque de Juanfran, que puso otro gran centro para que Andone, esta vez si, rematara de primeras y acudiera a su cita con el gol por cuarto partido consecutivo.

Con el resultado claramente en contra, a Eusebio le quedaban dos opciones: resignarse o la heroica. Y el vallisoletano decidió meter el encuentro en la batidora. Tras el descanso salió a tumba abierta, dejando sólo cuatro hombres atrás para, o salir goleado, o terminar remontando. Puede que de forma inconsciente, puede que cargado de moral por los primeros 45 minutos, el Dépor aceptó el órdago y se la jugó.

Andone tuvo la primera en una contra, pero se le hizo de noche y después en el córner se encontró con Rulli. En la vuelta golpeó la Real Sociedad. Yuri condujo sin problemas hasta el borde del área y tras combinar con Canales se sacó un latigazo imparable.

Pero este era el partido del Dépor. Tras otra gran contra llevada por Çolak y Carles Gil, Babel tuvo una gran ocasión, pero su disparo colocado desde la frontal se fue ligeramente desviado. La tranquilidad llegó unos minutos más tarde, cuando Munuera Montero decidió pitar uno de los 5 penaltis que le hacen a Albentosa en cada partido. El propio holandés fue el encargado de tirarlo, aunque tuvo que marcar a la segunda después de una gran intervención de Rulli, el mejor de su equipo pese a la goleada.

Ese fue el último clavo en el ataúd txuri urdin, que lanzó la bandera blanca. El problema es que el Dépor, tan necesitado de puntos como de autoestima, olió la sangre y no estaba dispuesto a parar. Çolak, dueño y señor del partido, filtró un nuevo pase para Andone, que completó su doblete antes de salir aclamado al unísono de Riazor.

FICHA TÉCNICA

Incidencias: Partido disputado en Riazor, correspondiente a la 14ª jornada de LaLiga Santander.