A veces, menos es más. Y el Deportivo 2-0 Cultural Leonesa lo demostró en el caso blanquiazul. Porque el conjunto deportivista fue capaz de lograr su quinta victoria consecutiva y dar un paso más hacia el primer puesto en un choque muy diferente a casi todos los que ha jugado como local: sin llevar la iniciativa en el juego, pero sí teniendo el control del encuentro.
La Cultu le arrebató el balón al Dépor. Lo hizo tras el 1-0 de Lucas Pérez en una primera parte en la que la escuadra herculina no dio un paso atrás. Y lo hizo en la segunda mitad, en la que el bloque deportivista sí estuvo algo más replegado para esperar y contragolpear. Pero también lo logró en un inicio de encuentro en el que el equipo coruñés vivió incómodo. Porque no encontró el modo para construir ataques desde el pase más corto y eso le dificultó presionar tras pérdida y le acabó exponiendo en más de una ocasión.
En parte, era lógico este guion de partido por la fisionomía de uno y otro conjunto. Porque mientras el Deportivo jugó gran parte del encuentro con cuatro delanteros y dos centrocampistas más enfocados al trabajo sin balón que a la pelota, la Cultu de Raúl Llona juntó a futbolistas con tendencia a la asociación entre sus tres centrocampistas, el lateral Víctor García o el extremo Fabio Blanco. El marcador a favor del equipo local solo incidió en esta tendencia.
Menos posesión que (casi) nunca
Así, el del pasado sábado fue el tercer encuentro en Riazor con menos posesión del Dépor este curso. El cuadro de Imanol Idiakez promedia un 54,55% de pelota en la temporada, que asciende al 56,75% contando solo sus partidos como local. Frente a la Cultural, se quedó solo en un 43,55%.
Tan solo ante el Fuenlabrada (43,06%), condicionado por la expulsión de Davo, y frente a la Real Sociedad B (42,96%) el equipo deportivista tuvo menos la pelota. En aquel encuentro frente al filial donostiarra, el plan blanquiazul sí fue claramente el de contragolpear. De hecho, así fue cómo el equipo herculino marcó sus dos tantos iniciales y consiguió una ventaja a la postre definitiva.
Contra la Cultural la sensación no fue la misma. El Deportivo intentó proponer, pero no encontró conexiones estables para progresar. Y ya tras el descanso, sí se echó más atrás de manera voluntaria para buscar el contragolpe y matar el partido, como pudo hacer mucho antes. Porque después de chutar tan solo 3 veces en la primera mitad, lo hizo 6 en la segunda, a base de guardarse y correr.
Lucas Pérez, un factor decisivo
Volvía después de un mes sin competir. Y antes de dejar un mensaje contundente fuera del campo, dejó otro en el verde. Lucas Pérez fue el factor decisivo que desequilibró el partido para el Dépor. No fue su volumen de intervenciones, sino la calidad de las mismas. Porque ‘perjudicado’ por el poco balón que tuvo su equipo, Lucas apareció poco, como no podía ser de otra forma. Pero todo lo que hizo tuvo sentido.
A falta del imprescindible Yeremay y con Rama cayendo fuera de combate al cuarto de hora, la figura del ‘7’ se hacía todavía más trascendental. Y Lucas respondió. Vaya si respondió. El de Monelos recibió tan solo 21 pases de sus compañeros, pero fue capaz de aparecer siempre en posiciones que dieron desahogo al equipo. No le hizo falta pisar el área (solo una acción dentro de ella) para generar caos. Fue capaz de certificar dos chuts a portería. El primero, acabó besando las redes. El segundo, en una falta lateral, fue despejado por Amigo con problemas.
Pérez transformó situaciones de remate previo a disparo con probabilidad de gol de 0,12 xG en una diana y otra ocasión clara. Además, se pudo ir del encuentro con varias asistencias, ya que concretó 4 pases que acabaron en remate de sus compañeros. Especialmente significativos fueron los pases a Mella y a Davo para dejarlos delante de la portería. 50% de éxito en sus 8 regates intentados, 3 faltas recibidas y 7 de 8 pases hacia delante buenos, incluidos 4 que fueron al área. Sin tener que aparecer tanto, su incidencia fue descomunal.
Una defensa infranqueable
La Cultu tuvo el balón y el partido estuvo abierto hasta el Deportivo 2-0 Cultural Leonesa logrado al final precisamente por lo corto del resultado. El Deportivo sufrió por la incertidumbre, pero lo cierto es que sin pelota completó un partido muy solvente… gracias al descomunal nivel de su línea defensiva.
Si bien hubo situaciones de presión mal ajustada en la primera mitad, el hecho de no ir tan arriba a buscar al rival en la segunda y las actuaciones de la última línea minimizaron enormemente a la Cultural. Porque sí, el equipo de Raúl Llona llegaba con problemas de gol a Riazor. Pero dejar a cualquier rival en tan solo 2 disparos, ninguno de ellos a portería, tiene un mérito tremendo.
Eso fue lo que consiguió el bloque del Dépor, impulsado sobre todo por una línea de cuatro que estuvo infranqueable y le ahorró a Germán Parreño la necesidad de mancharse los guantes. Dos disparos en contra, con una probabilidad de gol total de 0,12.
La cifra en cuanto a disparos es idéntica a la que un inofensivo Teruel firmó en Riazor en la tercera jornada. Hasta el Rayo Majadahonda, en un partido dominado de cabo a rabo por el Dépor en la primera jornada, logró conectar un disparo a puerta y unos expected goals algo más altos (0,14, siempre según Wyscout). El Deportivo es el equipo del Grupo 1 que menos concede y en su casa el rival tiene una media de 5,8 disparos y un xG de solo 0,5. Pero minimizar de eso modo a la Cultural es un paso más.
Clave en este sentido, como decimos, fue la aportación de los defensas, capaces de ganar una ingente cantidad de disputas -un factor decisivo en la forma de defender del Dépor, que expone mucho a su última línea-. Los datos de Pablo Vázquez y Pablo Martínez asustan.
Vázquez acabó el choque con 9 de 11 duelos ganados (el 82%, cuando su alta media es del 63%). Además, se impuso en todos los balones divididos por alto (5 de 5). Además, recuperó 1o balones (en su promedio) y firmó un gran 92% de acierto en el pase, con 8 de 10 envíos hacia delante acertados, fruto de su clarividente salida de balón.
Por su parte, Martínez resultó ganador en 11 de 14 duelos y también estuvo cerca del 100% por alto (ganó 4 de 5). El francés firmó 7 despejes -su segunda cifra más alta del curso- y al igual que su compañero en el eje de la zaga, se fue del choque con un expediente impoluto en cuanto a faltas cometidas.
Ellos dos comandaron una línea en la que Jaime firmó un extraordinario partido como lateral derecho -cada vez menos- improvisado y Mikel Balenziaga confirmó su tendencia al alza. Todo para recalcar que, en ocasiones, menos puede ser sinónimo de más.