Dos días de descanso. Ese ha sido el respiro que le ha concedido Óscar Cano a una plantilla del Deportivo que a partir del miércoles volverá a centrarse, ya de forma definitiva tras la eliminación copera, en la Primera Federación. El descanso, además para desconectar, servirá también para aclarar algo el panorama de la enfermería, que ahora mismo está cargada con hasta siete jugadores.
No todos sufren lesiones de importancia y es probable que varios de ellos puedan estar para el duelo con la Cultural Leonesa, pero todo dependerá de cómo evolucionen. Este domingo, Mackay, Borja Granero, Pablo Martínez, Svensson, Villares, Víctor Narro y Rubén Díez tuvieron entrenamiento personalizado. El más sorprendente fue este último, ya que en el parte médico del pasado viernes no aparecía cómo uno de los jugadores tocados y ni siquiera viajó a Guijuelo.
En principio, no llegarán a tiempo para el domingo Ian Mackay y Borja Granero, mientras que tampoco tiene muchas opciones Villares. El de Vilalba se retiró con molestias musculares y en las próximas horas habrá parte médico que revelará el alcance de su lesión.
Como dudas aparecen el resto. La participación de Rubén y Svensson, del que Cano aseguró el viernes que sus molestias en la rodilla no suponían nada serio, no parece correr demasiado peligro. Habrá que seguir más de cerca las recuperaciones de Pablo Martínez y Narro. El francés con una lesión muscular sufrida el pasado lunes y el extremo con un esguince de tobillo que lo obligó a retirarse en la Copa.
Isi Gómez, a las puertas del alta
La única noticia positiva que sale estos días de la enfermería del Deportivo es la de Isi Gómez. El centrocampista, titular ante el Sanse, fue baja ante el Algeciras por problemas musculares. Su evolución ha sido buena y ha completado ya varias sesiones con el grupo, por lo que, salvo contratiempo durante la semana, recibirá el alta para volver al equipo ante la Cultural.