Ultima sus movimientos finales en el mercado, en busca de un delantero que complemente a Gorka Santamaría y una pieza más, previsiblemente para el eje de la zaga. Pero más allá de estas dos incorporaciones y una o dos salidas pendientes, el Deportivo ha recuperado una tendencia perdida en su planificación de plantilla: el continuismo. Y es que se concreten finalmente las bajas o no, el conjunto coruñés arrancará la temporada con al menos diez caras ya conocidas para la afición deportivista. Un número elevado de ‘repetidores’ que no se veía en Riazor desde hacía un lustro.
Ian Mackay, Pablo Brea, Antoñito, Lapeña, Jaime, Álex Bergantiños, Villares, Mario Soriano y Alberto Quiles. Nueve nombres a los que se les une Trilli, que adquiere ficha del primer equipo pero ya fue miembro del plantel principal ‘de facto’ el pasado curso. Y que, a día de hoy, se completan con Héctor Hernández y Borja Granero. El futuro del primero parece lejos de la Torre de Hércules. Y el del segundo no está del todo claro, aunque tiene contrato y cuenta con opciones de continuar y, así, ampliar el ‘roster’ definitivo a once caras conocidas.
Sean diez, once o doce los futbolistas que se mantengan con respecto a la plantilla que rozó el ascenso ante el Albacete, lo que está claro es que el Deportivo ha apostado por tocar poco. Ha habido cambios, pero la continuidad del entrenador fue la primera muestra de las intenciones del club. Luego llegó el éxito con el fichaje de Soriano, la retención de Quiles y la renovación de Jaime Sánchez para completar una continuidad que pudo ser mayor de entrar por el aro Juergen Elitim y Noel López, con los que también se contaba.
Pese a que el colombiano y el canterano ya no están, las llegadas de Edu Sousa y Raúl Carnero o el interés en Lucas Pérez no hacen sino reforzar esa sensación de apostar por lo ya conocido. Porque estos tres últimos futbolistas ya saben lo que es vestir el escudo del Dépor. Son -o serían- caras nuevas, pero con matices.
El Deportivo, como el último año en Primera
De este modo, el Deportivo se asemeja en su planificación al de hace cinco veranos, cuando se disponía para jugar su cuarta campaña consecutiva en Primera División. Después de tres permanencias sufridas en mayor o menor medida, el club decidió apostar en el 2017 por mantener 17 jugadores de la temporada anterior. A Rubén, Tytón, Juanfran, Luisinho, Fernando Navarro, Sidnei, Albentosa, Arribas, Mosquera, Guilherme, Borges, Bruno Gama, Borja Valle, Carles Gil, Emre Çolak, Andone y Lucas Pérez se les unía el técnico Pepe Mel. No se quedó, curiosamente, Álex Bergantiños. El de La Sagrada tuvo que hacer las maletas para vivir su año de ‘Erasmus’ tardío en Gijón y regresar al verano siguiente.
Pese a la continuidad, el equipo no terminó de carburar y ni los cambios de entrenador ni los fichajes llegados en el mercado estival e invernal fueron la solución. El Deportivo acabó descendiendo y entrando en un torbellino de constante renovación. Al año siguiente, para adaptarse a la realidad de Segunda, el club mantuvo solo a cinco futbolistas: Borja Valle, Pedro Mosquera, Khron-Dehli, Fede Cartabia y Carles Gil.
Tras ver cómo el ascenso se escapaba de las yemas de los dedos en Mallorca, el Dépor apostó por la continuidad de ocho jugadores, aunque cambiando de técnico y sin varios pesos pesados. Pero el proyecto se demostró fallido casi desde el minuto uno y el Deportivo, pese a reaccionar en invierno con Fernando Vázquez y los fichajes, cayó a Segunda B en el penoso esperpento ante el Fuenlabrada.
Dos veranos de muchos cambios en el tercer escalón
El Dépor debía recomponerse para pelar en Segunda B. Pero mantuvo a seis jugadores que vivieron en sus carnes el descenso: Bóveda, Salva Ruiz, Álex Bergantiños, Uche Agbo, Keko Gontán y Claudio Beauvue. A ellos se les unió un Mujaid Sadick que ya había acabado como indiscutible el curso anterior pese a tener ficha con el filial. Además, ‘ascendieron’ Jorge Valín y Yago Gandoy, con minutos el curso anterior, y regresó tras cesión Borja Galán, que había acabado el curso en Santander.
Pero el equipo ni siquiera logró clasificarse entre los primeros en la fase inicial para poder optar a pelear por entrar en el playoff de ascenso. Y con la llegada del verano, se volvió a dar una nueva vuelta de tuerca. Carlos Rosende y Juan Giménez asumieron la secretaría técnica, el club decidió no apostar por De la Barrera ante sus ‘flirteos’ con Las Palmas y con Borja Jiménez como nuevo técnico, tan solo Granero, Héctor Hernández, Álex Bergantiños, Diego Villares y Miku se ganaron el continuar.
De ellos, tras una temporada «de sobresaliente» pero sin final feliz, tan solo quedan cuatro. Pero podrían ser dos. Aunque muchos otros afrontan con plenas garantías de continuidad su segundo curso en un Deportivo que, este verano, más que reconstruirse ha apostado por fichajes para complementarse.