Toni Rodríguez, coruñés y canterano del Celta cree que es “normal” que el Deportivo sea líder de la categoría. La historia da la espalda al éxito del doble ascenso.
Nacido en A Coruña en 1990, Toni Rodríguez abanderó ayer en A Madroa la quimera del fútbol gallego que algunos ansían y otros miran con recelo bajo una rivalidad absoluta. El canterano celtista reconoció que “no tendría ninguna duda” en firmar un ascenso de su equipo de la mano de su máximo rival. “Evidentemente, firmaría que subiésemos Celta y Deportivo a Primera. Soy coruñés y no les deseo mal porque tengo amigos allí”.
Y es que este joven zurdo que ayer aseguraba que, pese a todo, lo que quiere “es ganar, alcanzarles y superarles”, llegó a ser deportivista por un día. Más bien por dos. Fue en 2002, cuando todavía no había dado el salto a La Masía tras sus inicios en el Riazor y en el Ural. Con un Deportivo sin categorías inferiores, Toni se vistió la blanquiazul para representar al club herculino en el torneo de fútbol 7 de Brunete.
No tardó mucho en despertar el interés de los grandes y emigró a Barcelona, donde fue uno de los favoritos de Joan Gaspar. Su salida no estuvo exenta de cierta controversia en A Coruña, siendo criticando en círculos cercanos al club herculino por haberse ido por dinero.
Diez años después, Toni Rodríguez reconoce que el liderato del Deportivo “es normal” por ser, al igual que el Celta dice, un grande de la categoría. “Es un equipo que mantiene el bloque de Primera, con jugadores de mucha experiencia. Quizás se les pidió demasiado al principio porque ésta es una categoría exigente y es difícil que los resultados salgan. Nos pasa a nosotros, que por ser un equipo grande tienes que ganar siempre”, dijo.
Deportivo y Celta nunca han ascendido juntos
Han coincidido en 18 ocasiones en Segunda División pero nunca ha habido fiesta conjunta en el norte y el sur gallego. La última vez que ambos equipos se enfrentaron en la división de plata fue en la temporada 1990/91 y terminó con el Deportivo en Primera tras finalizar segundo por detrás del Albacete. Los olívicos fueron décimo cuartos y aplazarían su vuelta a la máxima competición hasta el año siguiente.