Bruno Gama y Zé Castro han sido las dos últimas salidas del Deportivo por culpa de la delicada situación económica. Alfonso Núñez analiza en su columna semanal estas despedidas por la puerta grande.
La victoria lograda por el Deportivo de La Coruña en Las Palmas centra la actividad semanal de un equipo que ha iniciado la temporada con buen pie. El triunfo adquiere un significado muy importante ante la pésima pretemporada que se ha vivido en el seno del equipo coruñés. Sin embargo, la victoria no puede ocultar que nos encontramos ante un año difícil.
De hecho, la confección de la plantilla sigue su curso y cada día recibimos noticias sobre rescisiones de contratos, salidas o llegadas. En la última semana se despidieron por la puerta grande dos futbolistas diferentes. Primero fue Bruno Gama, jugador que ha estado dos años en Coruña y ha demostrado mucho más sentimiento y cariño que otros en seis. A Bruno le costó arrancar, pero su rendimiento a lo largo de estas dos temporadas solo puede definirse como muy satisfactorio. Sin malas caras y siempre dispuesto a ayudar, el luso aterriza en el fútbol ucraniano, donde su contrato se ha incrementado de manera sustancial y con una última gran aportación al deportivismo en el estadio de Gran Canaria. Su más que inmediata salida no impidió que se despidiera como hacen pocos: sobre el terreno de juego. Por ello, cuando fue sustituido, el abrazo entre Fernando Vázquez y el extremo portugués fue realmente revelador. El siguiente en hacer las maletas fue Ze Castro. El central cierra un ciclo de cinco años en el conjunto blanquiazul. Las exigencias de la Administración Concursal provocan la venta de un futbolista algo irregular a causa de las lesiones, pero implicado tras el primer descenso. Su rueda de prensa de despedida obliga a todo el deportivismo a desear la mejor de las suertes al central en su próximo destino.
Estos días se habla mucho también del tema Aythami. Los constantes rumores ante una posible salida a Las Palmas se remontan al inicio del verano. Decía Francisco de Quevedo que «el agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien» y el canario se está equivocando. La noticia aparecida en el día de ayer en el diario Las Provincias, asegurando que el canario recibe insultos en la calle y en los entrenamientos, me parece una falta de respeto total y absoluta a una afición que casi siempre se ha caracterizado por ser muy respetuosa con los jugadores blanquiazules.
Nombres propios aparte, la Liga ha arrancado y, a pesar de tener que reforzar alguna posición, el inicio permite comprobar que el equipo va a ser competitivo. Riazor se prepara para recibir al Córdoba y confirmar las buenas sensaciones recibidas en Las Palmas. Las ganas de ver al equipo son grandes, sobre todo después de comprobar que este año se presenta complicado en lo que a retransmisiones se refiere, aunque eso ya forma parte del «profesionalismo» que asola a nuestro fútbol.