Decir que el Deportivo de La Coruña está viviendo una mala época sería quitarle hierro al asunto. El conjunto blanquiazul no levanta cabeza desde que comenzó la presente campaña, y ya hay quien señala que la esencia deportivista se quedó en Mallorca. En la isla se soñó hasta el último minuto con el regreso a Primera pero no pudo ser: el remate de Pablo Marí revertió el 2-0 que los baleares habían encajado en Riazor y consiguieron el ansiado ascenso. Fue un partido tenso y agónico, que parecía presagiar cómo iba a ser la temporada que todavía estaba por arrancar: absolutamente dramática.
Son pocos ya los que tratan de buscar una justificación para los malos resultados del equipo. Ni jugadores, ni cuerpo técnico, ni equipo directivo buscan ya excusas para una situación que es, por definición, inexcusable. Y aunque hay voces que tratan de arrojar un poco de luz ante tan oscuro panorama, lo cierto es que el pesimismo se ha adueñado de todos los estamentos del equipo. Y eso incluye también a la afición.
En el encuentro contra el Elche, menos de la mitad de los socios del club acudieron a Riazor para animar al equipo. Es más, cuando el árbitro pitó el final del partido, que se saldó con un 1-3 a favor de los valencianos, el estadio estaba casi vacío. Y no es un hecho baladí, el Dépor sabe que perder el apoyo de su afición significa perder un pulmón dentro de su maquinaria deportiva. Es por ello por lo que desde la directiva se encuentran inmersos en desarrollar iniciativas que ayuden a motivar a los socios a regresar al campo especialmente ahora, cuando el equipo está en horas bajas y los pronósticos de cara a las próximas jornadas no son favorables para los gallegos.
En este sentido, el club aprovechó la popular celebración del Black Friday para tener un gesto con sus socios. Esta estrategia comercial, importada desde Estados Unidos y presente en nuestro país desde hace un par de años, consiste en rebajar el coste de algunos productos, especialmente de aquellos pertenecientes al ámbito tecnológico, durante el último viernes de noviembre. De esta forma, se busca incentivar el consumo de cara a la época navideña. No obstante, con el paso de los años las ofertas englobadas dentro del Black Friday han dejado de darse solo durante este viernes, extendiéndose por un período mayor que puede llegar incluso a los 15 días.
En el caso del Dépor, la organización se adelantó al día original y lanzó una serie de descuentos dirigidos a socios y accionistas para el encuentro de la jornada 17 contra el Alcorcón. De esta forma, el precio de la entrada se redujo hasta el 50% en todas las localidades, buscando esa afluencia al campo que hace muchas jornadas que no se experimenta. Esta promoción tenía como principal objetivo mostrar al equipo la unión deportivista, así como dinamizar los ingresos de las arcas de club, que tampoco están pasando por su mejor momento.
No obstante, la iniciativa no consiguió los resultados esperados. Es más, el día anterior a la celebración del partido, la Federación de Peñas del Deportivo se manifestó en la plaza Pontevedra de la ciudad herculina para pedir la dimisión del consejo de administración liderado por Paco Zas. En un comunicado vía Twitter, la Federación de Peñas mostraba su malestar e indignación ante la gestión que se está llevando a cabo desde el órgano directivo, y exigía la disolución de la directiva. La movilización también contó con la presencia de los Riazor Blues, quienes también exigieron la salida del equipo de Paco Zas.
Esto se unió al mal resultado durante el partido, ya que el equipo no consiguió la tan ansiada victoria, que se les resiste desde que ganaron precisamente en Riazor al Real Oviedo en agosto. De esta forma, el Dépor encara ya 8 derrotas y 8 empates en 17 partidos, unos resultados que no hacen sino complicar cada vez más la propia permanencia en la categoría.
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Todavía restan un par de encuentros de la primera vuelta y toda la segunda, pero el objetivo a día de hoy ya no pasa por lograr acceder a los puestos de play-off, sino por evitar descender a Segunda B. El que fuera el primer campeón del milenio marcha en la actualidad como colista y, aunque la zona de salvación no dista mucho en puntos, los malos resultados que han ido acumulando durante los primeros meses de la competición obligan a los de Sampedro a mejorar considerablemente su rendimiento en el terreno de juego.
Echando mano de las matemáticas, el conjunto blanquiazul necesita hacerse con la mitad de los puntos que quedan en juego. Tras haberse disputado 17 jornadas, restarían todavía 25 partidos: cuatro de la primera vuelta y 21 de la segunda. Esto se traduce en un total de 75 puntos. Teniendo en cuenta que históricamente han sido necesarios alrededor de 50 puntos para salvarse del descenso y que el equipo cuenta al escribirse estas líneas con 11, es necesario que sumen en los próximos partidos un total de 39 para rozar esta cifra. Es decir, deben alzarse con la victoria en la mitad de los encuentros que les quedan.
Las perspectivas de futuro no son buenas, pero la remontada tampoco es imposible. Un precedente, el único en las últimas décadas, lo encontramos en el Poli Ejido que, tras haber sumado tan solo 9 puntos durante las primeras 16 jornadas, consiguió revertir la situación y llegar al final de temporada con 50 y la permanencia bajo el brazo. El sueño de repetir la gesta del conjunto andaluz está ahí, aunque los sectores más críticos señalan que lo más realista es ir haciéndose a la idea de que el Dépor finalmente descenderá a Segunda B, del mismo modo que lo hicieron el Nástic de Tarragona y el Córdoba el año pasado tras vivir una situación similar.
No obstante, parte de la esencia deportivista reside en su afán por superarse. No hay que olvidarse que antes de la llegada de la época dorada del Súper Dépor el equipo estuvo en horas bajas, e incluso llegó a descender a Segunda B en la década de los 80. Mientras el balón siga rodando, hay esperanza.