De héroe a villano. De titular a la grada. De levantar a Riazor con soberbios regates o anotando un gran gol contra el Valencia a no contar para Gaizka Garitano en varios partidos clave. La situación de Emre Çolak en la plantilla deportivista ha experimentado numerosos cambios desde que irrumpiera con fuerza en el partido ante el Leganés, convirtiéndose en uno de los favoritos de la afición.
El Dépor madrugó este verano para incorporar al habilidoso enganche zurdo. Con el periodo de fichajes recién inaugurado, la directiva se movía con astucia para incorporar a un jugador que llegaba con la vitola de gran promesa del Galatasaray. Desde los medios se destacaba su técnica y un centro de gravedad bajo, del que se servía para quebrar a sus rivales en las distancias cortas.
Su primera oportunidad llegaría en la segunda jornada, ante el Betis. Un encuentro que no pasará a la historia por su atractivo y por el que pasó de puntillas sin pena ni gloria, como el resto de la escuadra blanquiazul. Y no sería hasta tres jornadas después cuando el talento del turco se haría notar, ante el Leganés, cuando a pesar de la incomprensible derrota del Dépor, la parroquia local señaló al turco como el referente en el juego que necesitaba el equipo.
En las semanas siguientes, ofreció pinceladas de buen fútbol ante el Atlético de Madrid, fue clave en la victoria ante el Sporting de Gijón y naufragó junto al resto de sus compañeros ante el Barcelona. Todo esto antes de viajar a Vigo para enfrentarse al Celta en el derbi gallego, un partido en el que comenzaron los problemas para el turco, con la polémica decisión del técnico vasco de dejarlo fuera de la convocatoria.
Una montaña rusa para el turco
El míster señaló que la disposición del jugador a lo largo de los entrenamientos semanales no había sido la adecuada para enfundarse la blanquiazul en este compromiso. Sin embargo y tras el chaparrón que vivió el Deportivo en forma de derrota, Garitano decidió indultarle con vistas al encuentro frente al Valencia, dándole la titularidad.
Y Çolak respondió. Desde el minuto uno asumió la batuta de dirección y llevó el peso del equipo, asistiendo y anotando con un gran remate de cabeza el tanto deportivista. Pese a que los tres puntos volvieron a escurrirse de las manos del Depor, parecía que el conflicto del derbi quedaba olvidado y que su participación en los encuentros a partir de ese momento, estaría fuera de toda duda.
Nada más lejos de la realidad. Conservó la titularidad en el empate contra el Granada y en la tremenda remontada sufrida por el equipo ante el el Sevilla en Riazor, que sirvió como punto de inflexión negativo de su situación en la plantilla. Pero el turco desapareció, entonces, de las alineaciones titulares dispuestas por Gaizka Garitano.
Su presencia fue testimonial ante el Málaga y en Copa del Rey, ante el Betis, se reavivó la polémica con el míster. El jugador se presentó en el banquillo en zapatillas de deporte, por lo que fue acusado desde diversas instancias de actitud poco profesional y como consecuencia no disputó ni un solo minuto, pese a que el equipo se vio abajo en el marcador desde la primera parte.
Así las cosas, falta por ver si el eléctrico mediapunta consigue recuperar su peso específico en la plantilla durante las próximas semanas, en el papel de jugador destacado; o si por el contrario, las supuestas faltas de profesionalidad que señala el míster blanquiazul suponen un lastre demasiado pesado para su convivencia con el cuerpo técnico.