Cada vez queda menos tiempo para el gran derbi gallego. Dépor y Celta, o lo que es lo mismo, primero contra segundo, se enfrentan el domingo en un partido en el que los buenos jugadores marcan las diferencias. Andrés Guardado debe ser una de las claves que guíe al Dépor en la búsqueda de un triunfo muy importante para el ascenso.
Recuerdo la llegada de Andrés Guardado al Deportivo de la Coruña. Era el verano del 2007 cuando el mexicano aterrizaba en nuestra ciudad con la vitola de gran jugador. Su rendimiento quizás no ha alcanzado las cotas esperadas, en gran parte por culpa de las reiteradas lesiones, si uno analiza las cinco temporadas que ha vestido la blanquiazul.
Tiempo habrá para analizar su carrera en nuestro equipo, pero éste es el momento ideal para que Andrés Guardado asuma la responsabilidad en el gran clásico gallego. Su temporada es, en líneas generales, más que notable. Decisivo en muchos encuentros, Guardado ha logrado nueve tantos en lo que va de curso.
Por primera vez, Andrés afronta un derbi. Se perdió el de la primera vuelta por un compromiso internacional. Pero este domingo, el mexicano podrá vivir en primera persona lo que representa jugar ante el eterno rival. Será un partido espectacular y diseñado para los grandes jugadores. Guardado reconoció hace pocas semanas, en la cadena Cope, que no seguirá en el Dépor. Cinco años en A Coruña y sólo noventa minutos de máxima rivalidad. La afición se merece que el azteca se despida del equipo con una gran actuación en Vigo, que podamos retener en nuestra memoria.
Ganar es poner un pie y medio en primera división y remitir al Celta a una lucha encarnizada con el Real Valladolid para conseguir la segunda posición, que da derecho al ascenso directo. Desde hace semanas, Vigo prepara a conciencia un encuentro marcado especialmente en su calendario.
Es posible que el Dépor sufra, pero tiene argumentos más que suficientes para doblegar a su eterno rival. El Celta ha marcado catorce goles en sus últimos cuatro compromisos en casa. La defensa tendrá un papel fundamental durante los noventa minutos y el grado de exigencia será máximo para los cuatro de atrás.
Sólo queda hacer un llamamiento a ambas aficiones. La mejor noticia al término del encuentro debe ser la deportividad reinante en el choque entre los dos equipos más potentes de la categoría. El fútbol nacional estará pendiente de lo que debe ser la fiesta del fútbol gallego.
Guardado debe convertir Balaidos en el símbolo de una gran temporada en Segunda División, una temporada en la que Andrés se marcó el objetivo de devolver al equipo a la máxima categoría. Por todo ello, creo que éste es el derbi de Andrés Guardado.