La plantilla del Deportivo no perdió el tiempo a la hora de celebrar el ascenso. Nada más terminar el partido, los jugadores iniciaron sobre el césped una fiesta que tuvo su continuidad, primero dentro del estadio y después en la Fan Zone habilitada en la explanada de Riazor. Las celebraciones se extendieron hasta bien entrada la madrugada a pesar de que el lunes el club había preparado una cargada agenda de visitas.
La primera parada del tour institucional fue la Diputación de A Coruña a las 11.00 horas de la mañana. Las caras de sueño presidieron la sesión y por redes sociales circularon imágenes de varios jugadores a los que les costaba mantener los ojos abiertos. Eso fue directamente misión imposible en la siguiente etapa del trayecto, camino de Santiago de Compostela para la recepción con la Xunta de Galicia. David Mella tomó el mando de las operaciones en sus redes para sancionar públicamente a todo aquel compañero que se quedase dormido en el autobús.
La última visita tuvo lugar ya por la tarde. Tocó acercarse hasta la sede de Abanca en rúa Nova, donde fueron recibidos por Juan Carlos Escotet. El presidente de la entidad bancaria, máxima accionista del Deportivo, fue saludando uno a uno a jugadores y técnicos, que recibieron la ovación de directivos y trabajadores antes de hacerse la ‘foto de familia’.
Actos empañados por la polémica con el Concello
Todos estos momentos de alegría se vieron empañados por el enfrentamiento que desde hace tiempo mantienen Deportivo y Concello. Desde María Pita se convocó una recepción oficial para las 19:30 horas, pero el club coruñés anunció a mediodía que no acudiría. A partir de ese momento, se produjo un cruce de comunicados en las partes que tendrá un nuevo capítulo esta mañana, cuando la alcaldesa Inés Rey responderá al último movimiento del Dépor.