El Deportivo y, sobre todo, Pepe Mel afrontan este sábado una auténtica final ante el Getafe. El equipo blanquiazul no termina de arrancar, ocupa puestos de descenso y con un parón liguero en el horizonte todo lo que no sea sumar los tres puntos sería catastrófico. No ganar también certificaría el final del técnico madrileño en el banquillo coruñés, en el que se sentará mañana con un ultimátum en el bolsillo.
El problema es que el equipo que dirige Bordalás no es el mejor rival para la reacción en Riazor. En sus últimas siete visitas a A Coruña, el Getafe siempre se ha llevado algo de vuelta, sumando tres victorias y cuatro empates desde 2008. Hace más de diez años desde el que el Dépor no vence como local al equipo azulón. Fue a principios de 2007 con Caparrós y Schuster en los banquillos y un solitario tanto de Barragán.
Y eso que al Getafe le costó estrenarse en el campo herculino. El equipo madrileño debutó en Primera División en el año 2004 y contó por derrotas sus tres primeros partidos como visitante en Riazor. La historia ha cambiado mucho y así lo reflejan los dos últimos enfrentamientos entre ambos sobre suelo coruñés. En el 2014, el Dépor de Víctor Fernández vio frustrada su reacción en la jornada 10 al caer por 1-2, mientras que hace dos campañas, con Del Amo a los mandos, el conjunto blanquiazul le daba algo de vida al Getafe de un recién llegado Esnaider (0-2). De poco le sirvió, porque acabó descendiendo mientras que los coruñeses se salvaban en Villarreal.

Pero más allá del idilio que pueda tener con Riazor, el ‘Geta’ se está mostrando como un invitado muy incómodo a domicilio. Bordalás ha logrado mantener la solidez que le permitió lograr el ascenso y fuera de casa está logrando causarle muchos problemas a sus rivales. Se mantiene invicto después de tres partidos como visitante y ha arrancado empates de campos difíciles como San Mamés o Balaídos. Además, en el derbi madrileño contra el Leganés logró vencer en Butarque.