Uno de los sueños más recurrentes en cualquier joven es la de convertirse algún día en jugador profesional. Sólo unos pocos privilegiados son capaces de labrarse una carrera futbolística con la que poder vivir del deporte rey.
Pero el fútbol no es sólo lo que vemos el domingo sobre el terreno de juego. Una plantilla esconde secretos y situaciones cotidianas desconocidas para el gran público. Sin duda, una de las posiciones más ingratas en un equipo de fútbol es la de portero suplente. Este verano llegó a Riazor Germán Lux, guardameta argentino, procedente del Mallorca. River Plate, el conjunto balear y el Dépor, son los equipos en los que Lux ha desarrollado su carrera.
Casi siempre a la sombra de otros compañeros, Germán Lux demostró ante el Valladolid que el Dépor tiene un guardameta de garantías en el banquillo. Las dudas que despertaba su titularidad se disiparon con un buen encuentro del arquero argentino.
No sé si el Dépor tiene la mejor plantilla de Segunda División o no, pero lo que tengo claro es que Oltra está logrando que los “secundarios” cumplan sobre el terreno de juego. El Valladolid demostró que es un equipo peligroso y que va a pelear hasta el final por el ascenso directo. El Dépor sufrió y al final se le marcharon dos puntos en un último ataque vallisoletano.
Siempre me ha gustado ser optimista y prefiero pensar que el Dépor ganó un punto y no perdió dos. El empate deja al equipo como líder de la categoría. Soria será la ciudad en la que el conjunto de Oltra necesitará ganar. La derrota en Almería y el empate ante el Valladolid, provoca que, por primera vez en la temporada, el Dépor encadene dos jornadas seguidas sin conocer la victoria.
Las bajas por lesión también han afectado a un equipo que no ha llegado sobrado de fuerzas al final de temporada. Numancia, Las Palmas, Xerez, Nástic, Huesca y Villarreal B, son los últimos escollos en la persecución de un ascenso que no está siendo sencillo y que eleva el mérito de un Dépor que se ha encontrado con dos equipos, Valladolid y Celta, empeñados en complicar el alirón.
Seis partidos y una única obesión: regresar a la categoría que nos hizo grandes.