Sigue la nueva sección de Riazor.org. En ella destacaremos un futbolista de la plantilla a la que se enfrente el Dépor esa jornada. No tiene por qué ser el mejor, tampoco el más guapo ni el más rico.
Depredador del área, instinto asesino, artillero implacable… a Radamel Falcao García (Colombia, 10/02/1986) es muy fácil definirlo. Basta con imaginarse a un animal hambriento, sediento de sangre, frente a su intimidada y arrinconada presa. Dispuesto para matar. Con el gatillo preparado. Falcao es uno de los delanteros más voraces de todo el universo futbolístico. Muchos dirán que es el mejor ‘9’ rematador del mundo, obviando ese perfil de Cristiano Ronaldo y Leo Messi, y personalmente me parece imposible negarme a la realidad. Algunos citarán a Ibrahimovic, otros a Edinson Cavani y los más osados nombrarán al polaco Lewandowski, capaz de destrozar al Real Madrid en una semifinal de Champions con cuatro goles. Pero yo me quedo con Falcao. No tengo ninguna duda.
http://www.youtube.com/watch?v=FB2f6GlBnlw
En la ida, el delantero colombiano marcó cinco dianas al Deportivo, con remates de todos los colores, en el set en blanco que le endosó el Atlético al conjunto dirigido por aquel entonces por José Luis Oltra. Al final del partido escribí esto en el análisis. Define a la perfección quién es Radamel Falcao:
Dicen que en los días de partido a orillas del Manzanares, un Tigre anda suelto. El Deportivo no había topado con él todavía, pues la llegada de Radamel Falcao García al Atlético coincidió con el descenso herculino a Segunda División. Lo conoció en verano, en el Teresa Herrera, y aún siendo un amistoso privó con un postrero gol que el Dépor conquistase el entorchado durante los 90 minutos de juego. Y en la tanda de penaltis, marcó el primero de su equipo.
Lo de ayer fue de otra galaxia. Sus goles resumen el insaciable olfato goleador del colombiano. El primero al contragolpe y de disparo raso; el segundo con un latigazo imparable; el tercero de un penalti cometido sobre él mismo; en el cuarto se aprovecha de un balón suelto para meter su cabeza sin importarle que la bota de Insua le pudiese causar algún daño; y el quinto, en el que va dejando atrás a jugadores deportivistas como si estuviesen jugando infantiles contra un gigante. Para Falcao los jugadores del Dépor fueron infantiles. Y los ninguneó.
Pues ese delantero, estuvo a punto de ser futbolista herculino. Desaveniencias con su representante impidieron su pase al Deportivo. «En el 2008 me negué a ir al Deportivo La Coruña de España, porque a mi familia prácticamente no le iban a dar lo que le correspondía», afirmó desde Argentina. Meses después, se fue al Porto por 5’5 millones. A partir de ese momento, Europa se puso a sus pies.