Los tiempos están cambiando en el Dépor. Tras la época dorada del club, llegó un periodo de oscura transición. Los descensos, la escasa identificación de la afición con su equipo, fichajes desastrosos y un rumbo más que titubeante hacían presagiar momentos complicados. Pero tanto en el fútbol como en la vida los detalles suelen resultar claves y el gol de Salomao en el Camp Nou llenaba de nuevo de esperanza a una afición desanimada y fracturada.
En verano, con tiempo para planificar y decidir, Victor Sánchez del Amo diseñó un equipo a su imagen y semejanza. Se trasladó al exterior la idea de club serio y saneado. La dirección y convicción del técnico madrileño resultó básica para convencer a jugadores y afición. Entregó el mando del equipo a dos coruñeses y sobre ellos gira el proyecto blanquiazul.
Pedro Mosquera se convirtió en el timón de un equipo que realizó una primera vuelta notable. El mediocentro llegó con la carta de libertad del Elche y pocos creyeron que su rendimiento podía ser tan alto e importante. Tras muchos años de juego rocoso y “patadón”, por fin llegaba el hombre que hace fácil los cambios de juego de más de 40 metros. Su capacidad de sacrificio y su calidad han convertido a Mosquera en pieza indispensable en el engranaje blanquiazul. Por eso, la noticia que saltaba en el día de ayer sobre su marcha sentó como un mazazo en una afición que no quería vivir un nuevo “caso Rivaldo.” Pedro lo pensó, lo maduró y tal y como ya hizo a lo largo de su carrera eligió lo mejor para él y los suyos. Ofertas no le van a faltar y el mensaje de unidad y compromiso que lanza es muy importante para el club. Como también lo es el del club, pujando al alza por uno de sus mejores futbolistas.
El caso de Lucas Pérez, aun siendo diferente, guarda un cierto paralelismo. Cierto es que su participación en Europa con el PAOK, le impide salir a un club europeo en este mercado de invierno. Sea como fuere, Lucas seguirá al menos hasta el verano y después ya se verá. A pesar de que el Dépor debe ser ahora un club vendedor, es importante que sus estrellas no abandonen el barco a las primeras de cambio. Eso, unido a la renovación y las palabras de Víctor Sánchez del Amo, convierten al Dépor en un club muy atractivo para jugadores con proyección que ven A Coruña como un lugar ideal para seguir creciendo.
Con Víctor, Lucas y Mosquera podemos estar tranquilos. En un fútbol dominado por fondos, jeques y nuevos ricos, ellos han querido seguir apostando por su equipo, y eso a día de hoy ilusiona más que un fichaje. Hoy los deportivistas podemos portar con mucha ilusión la palabra orgullo.