No está siendo una temporada fácil para el Fabril. Demasiados vaivenes, una montaña rusa en la que se mezclaron los cambios del verano, las distracciones entre el primer equipo y la Youth League o, sin ser menos importantes, los últimos coletazos de una pandemia que ha traído de cabeza a la Tercera RFEF. Pero los chicos de Óscar Gilsanz han aguantado el chaparrón y llegan a la recta final con opciones de meterse en playoff. Por supuesto, agarrados a su mejor arma: la solidez defensiva.
El técnico de Betanzos empezó el proyecto por los cimientos. Su primera intención era formar un bloque compacto que mantuviera la frescura y las virtudes de un filial, dejando a un lado las debilidades que se le presuponen a este tipo de equipos. Así, durante las diez primeras jornadas apenas encajó dos goles y logró colocarse en la parte alta de la clasificación.
Poco a poco el equipo perdió ritmo, confianza y resultados, pero es posible que todavía tenga una última oportunidad de redimirse. Porque el Fabril ha ganado en los últimos 7 días tres encuentros consecutivos que lo meten de lleno en la pelea por las eliminatorias de ascenso. Las victorias ante Choco (0-3), Arzúa (2-0) y Sofán (0-3) ayer miércoles, todas sin encajar, le permiten mantener la esperanza a falta de cuatro jornadas.
El Fabril, con el playoff a 5 puntos y esperando al Rápido de Bouzas
Los de Gilsanz se colocan séptimos (43) a cinco puntos de los dos últimos puestos que dan acceso al playoff y que ocupan el CD Barco y el Rápido de Bouzas. Esto quiere decir que el cuadro blanquiazul necesita dos pinchazos de ambos (además de uno del Racing Vilalbés, sexto con 45 puntos).
El calendario puede jugar a favor del filial, al menos en el caso del Rápido. Porque el conjunto vigués cerrará la temporada en Abegondo en un duelo directo que puede decidir el acceso del Fabril a la lucha por el ascenso. Los deportivistas visitan esta semana al Atlético Arnoia, antepenúltimo clasificado.