Fayçal Fajr se ha convertido en noticia. El futbolista marroquí, que está ahora mismo en Francia con su familia de vacaciones, está buscando una salida del Deportivo. Aunque ahora está intentando «relajarse» en su cabeza también está pensando «en el año que viene». Así ha sido como ha atendido la llamada de Deportes COPE Coruña, donde ha explicado la situación en la que se encuentra.
Reconoce que lo único que busca es tener minutos y sentirse importante. «Todos los futbolistas quieren sentirse importantes, tener confianza, y este año sentí que no jugué con ella. No he tenido la confianza que he querido o la que dijeron, al final jugué varios partidos pero sin confianza«.
De hecho, en invierno hablaron de su salida, pero finalmente la descartó. «Me siento muy bien en el club, me gusta mucho el Deportivo y nunca lo voy a olvidar. Tanto la afición, como la ciudad, el cómo me han tratado. Pero hay un momento en el que el futbolista quiere jugar, sentirse importante. Hablé con el club, no puedo quedarme en un equipo después de haber jugado 38 partidos en el año anterior y pasar de ser un jugador importante a no tener confianza. Sé que es difícil que un entrenador me diga que voy a jugar 38 partidos. Pero sentirse importante también es que te hable el entrenador, que te dé confianza, hay muchas cosas para sentirse importante, y este año no las hubo».
Los problemas con la posición en su campo
«Soy mediocentro, mediapunta, me gusta jugar en el centro. Pero desde que llegué tenía que jugar por la banda. Pienso primero en el equipo y no tengo problema para jugar en banda, pero al final no puedo estar toda mi carrera en un puesto que no es el mío. Imagínate a Mosquera en la banda, no va a jugar de la misma manera, o a Borges. ¿Por qué tengo que jugar yo un año entero en la banda? Un día el míster me preguntó si podía trabajar de lateral derecho. Ya que esa semana, si pasaba algo, igual necesitaban un lateral. Soy mediapunta, pero aún así entrené una semana, le dije al míster que sin problema. Si tengo que ser portero, también lo hago. Pero el fin de semana veo que me deja fuera de la convocatoria. Tú eliges a los que tienen que jugar, pero acércate, dime algo. Si no juego, me voy a mi casa solo, lejos de mi familia, con muchas preguntas en mi cabeza«.
Su futuro, en España pero lejos del Dépor
«Me encanta la liga española y nunca pienso en el dinero. Sé que puedo ir a ganar dinero a otros sitios, pero me encanta el fútbol. Y el que más me gusta es el español. Quiero seguir en España. Ahora mismo no tengo nada, tengo un año de contrato con el Deportivo y hay que buscar una solución, respetando al club.
No quiero seguir en el Deportivo, tengo al club en el corazón y no lo digo para vender humo. Me gusta el club, la afición, todo. Pero lo que quiere uno es jugar. Si no juego, no puedo sonreír, no puedo vivir. Me puedes dar diez millones, que si no juego en el campo… Hasta hablé con Richard y le dije que me dejaran jugar con el Fabril, no tengo problema. Quiero sentir el césped, jugar los partidos, ser importante. Me da igual bajarme el sueldo, quiero sentirme futbolista. El dinero me da igual«.
Un intento de robo que minó más la moral de Fayçal Fajr
«Una vez me intentaron robar el reloj. Vino una mujer a hablar conmigo, rumana. Es algo que pasa muchas veces, me pidió un autógrafo. Pero me intentaron atracar en la calle, era una rumana pero no de las que te preguntan por la calle. Yo ayudo a esas mujeres todos los días en el centro de Coruña, ayudo a la gente que no tiene. Pero ella me preguntó por una foto, estaba hablando conmigo con respeto -él estaba en el coche- y su marido apareció por la derecha, quería saludarme. Cuando me saludó, ella me quitó el reloj de la mano y se fue corriendo.
Estuve dos minutos perdido, bajé del coche y ella no tuvo suerte, yo estaba con chándal. Me fui corriendo detrás, conmigo tienes que correr mucho para dejarme atrás. Me fui corriendo y tuve suerte que había muchos semáforos por el centro. Su novio estaba detrás de ella para cogerla y salir con el coche. Recuperé el reloj y el marido me pidió que los dejase salir. Me fui a la Guardia Civil con la matrícula y me dijeron que era una familia rumana conocida en Barcelona, que roba mucho en España.
No tiene nada que ver el robo con vivir en A Coruña, pero era un momento que no estuve jugando. Eso me afectó a nivel personal, ya que era un momento en el que estaba fuera de las convocatorias, sin jugar con Garitano. Estás en Coruña, eres futbolista y estás viendo a tu equipo por la tele. Salgo por el centro y me intentan robar, eso te afecta».
Nunca se negó a jugar
«Vi en los periódicos que me enfadé con el banquillo, que no quería jugar. La afición está detrás de la portería y es normal que teniendo el banquillo lejos, no sepan por qué estoy enfadado. Estuve calentando y un recogepelotas tenía frío. Me estaba mirando y tenía mucho frío. Fui al banquillo a coger una chaqueta, a dársela, y cuando se la llevo vino Suso el utillero. No tiene que decirme nada, pero empezó a gritarme. El niño tenía frio y le dije a Suso que luego le devolvía la chaqueta. Me molestó el hecho de que se enfadara conmigo, se levantase del banquillo así delante de todo el estadio.
La afición creía que yo no quería jugar, eso era tontería. Fallar se puede fallar, pero no dejar de correr y ayudar al equipo, nadie puede reprocharme nada«.