El regreso a la normalidad permite a Fernando Vázquez pensar en diferentes sistemas para afrontar el trascendental tramo final de temporada que el Deportivo tiene por delante. Nada más llegar en enero al club, el técnico apostó por dotar de seguridad defensiva al equipo con una defensa de cinco. El resultado fueron siete triunfos consecutivos y la recuperación de un equipo que hasta ese momento deambulaba por la categoría. Sin embargo Vázquez anunció en reiteradas ocasiones su intención de buscar nuevos sistemas.
El parón provocado por el virus y la situación clasificatoria, permiten al entrenador blanquiazul explorar nuevas fórmulas. En estas primeras sesiones de entrenamiento con toda la plantilla, Vázquez ya ha dejado clara su posible apuesta por un 4-4-2 con rombo. La profundidad de banquillo ayuda a que esta posibilidad pueda verse pronto sobre el terreno de juego.
En esas primeras pruebas Peru Nolaskoain sería el ancla del equipo y estaría escoltado por Gaku y Vicente Gómez. Aketxe completaría la punta del rombo y estaría justo detrás de la pareja de delanteros que saldría del trinomio Christian Santos, Sabin Merino y Claudio Beauvue.
La racha de cuatro jornadas sin ganar y los problemas con las lesiones en la retaguardia también ayudan a confiar en este nuevo sistema. Abdoulaye Ba tendría un sitio asegurado, mientras que Mujaid y Montero se pelearían por el otro. El canterano sigue trabajando al margen aunque todo hace indicar que podría estar disponible para el partido ante el Sporting.
Este sistema ya fue utilizado por Natxo González en su etapa como entrenador blanquiazul. El esquema obliga a los laterales a tener mucho recorrido. Si Fernando Vázquez apuesta por un once ofensivo, Keko y Vallejo podrían ser los inquilinos de las bandas. Si la apuesta pasa por reforzar y no descuidar la línea defensiva, Bóveda y David Simón se jugarían puesto en la derecha y Luis y Salva Ruiz otro en la izquierda.
Las posibilidades se multiplican tras esta mini pretemporada en la que Vázquez quiere a toda la plantilla enchufada ante el exigente calendario que tiene por delante.