Óscar Gilsanz, entrenador del Deportivo juvenil, se pasó por RiazorTV para analizar la eliminatoria contra la UD Las Palmas. Su equipo disputará ahora la Final Four de la Copa de Campeones, donde le tocará verse las caras con el todopoderoso Real Madrid. Como él mismo explicó, «en el deporte solo entiendo una manera de disfrutar, compitiendo».
Así vivieron el partido contra la UD Las Palmas
«Lo vivimos con mucha concentración, intentando aportar desde fuera nuestra visión, las claves. Los problemas físicos de ambos equipos condicionaban un poco sobre todo a la hora de hacer modificaciones. Nos parecía que estábamos algo mejor que ellos en lo físico, que parecía que podíamos deshacer el empate de la eliminatoria. Estaba convencido que con calma, teniendo la pelota, acumulando pases… haríamos que corriesen detrás del balón y que llegásemos al área. Nosotros no estábamos fluidos en lo mental para generar peligro siempre, a veces nos equivocábamos en acciones individuales, que nos hacían correr luego detrás del balón».
La importancia de la preparación física en la eliminatoria
«Ahora igual es osado o atrevido decir que lo vimos, pero nos pareció verlo antes. Cuando veíamos los partidos de la UD Las Palmas, teníamos claro que la eliminatoria hacia nuestro favor pasaba por un ritmo alto de partido. Llevarlo a lo más alto que ellos están acostumbrados y por su estilo de juego. Son jugadores con mucha conducción, acción individual, uno para uno, desgasta más al jugador que hacerlo con más pases o más posicional. Su mejor jugador fue Alberto Moleiro, pero en el minuto 60 en los dos partidos no aguantó el ritmo. Ahí teníamos claro que el partido pasaba por el ritmo alto que ellos no iba a ser capaz de soportar muchos minutos. Con Jairo y Peke sabíamos que les daría una exigencia mayor en ese punto de partido, y no en la primera parte con esos futbolistas. Estoy relatando todo lo que teníamos en la cabeza a la hora de encarar el partido».
Una eliminatoria que se puso cuesta arriba con el 2-0
«Se teme por la eliminatoria, lógicamente. Cuando estás por debajo en el marcador, tienes que hacer un gol y no llega hay momentos en los que no teníamos la fluidez que queríamos. Llegábamos fácil a Padín y Peke, pero no acabábamos esas jugadas individuales contra sus laterales. Necesitábamos volver al juego colectivo con Trilli por banda, que luego nos dio el gol. Tuvimos un poco de fortuna, en el sentido de que cuando nos quedaba una ventana de cambios, con Do Carmo fuera, no queríamos agotar la ventana sin saber qué podía pasar. Faltando diez minutos hacemos el cambio, cuando está preparado marcamos el gol. En el momento del gol dos jugadores nos piden el cambio, Fito y Guille Bueno. Haciendo el cambio antes, tendríamos problemas para recomponer el equipo con dos que pedían el cambio sin tener ventanas disponibles. Todo lo que pasa por la cabeza de los entrenadores es darle vueltas a todo esto, qué cambios necesito, faltan ocho minutos y estoy por debajo… el equipo tuvo madurez con el 2-0. En el descanso les dijimos que estábamos por debajo, pero el partido puede tener muchas caras. Teníamos que estar tranquilos, no ir a tumba abierta arriba, con espacios Andy y Dani Molina eran peligrosos y estaríamos más lejos del objetivo. Con el 2-0 ellos se vieron ganadores, veían que aumentaba la distancia, desde la tranquilidad de seguir insistiendo sin desorganizarnos, fue desde donde llegó el empate».
«No me gusta transmitirle al equipo crispación. Hay una jugada que un jugador está fuera, vuelve a entrar, Brais Val le pega un pelotazo a la valla… eso nos saca de en lo que tenemos que estar. Hablaba con un amigo, mentalidad alemana de que nada te quite del objetivo. En líneas generales, hablé después con un directivo de la UD Las Palmas, su comportamiento fue muy bueno igual que el nuestro. Más allá de perder tiempo, que es entendible, para nada nos vimos en una encerrona ni mucho menos. Todo fueron facilidades. Luego está el resultado y jugar con eso».
Las pérdidas de tiempo en las categorías inferiores
«Esto es fácil de solucionar. Hay partidos en los que hay que descontar cuatro minutos y en otros catorce. Aún así, todos los equipos que sufren un acoso por parte de otro y el marcador es favorable, es algo hasta humano el tratar de parar el ritmo del rival. Igual te facilita tu labor un ritmo más bajo, cortarle el ritmo al rival… esto es tan antiguo como el fútbol. La solución es educar en valores deportivos, a partir de ahí, lo que pase dentro en cuanto a pérdidas de tiempo se descuenta y punto».
El Real Madrid, próximo rival
«Cuando te toca el Real Madrid, sabes que va a ser la selección de juveniles más importante de España y posiblemente de Europa. Sabes que el nivel va a ser muy alto. A partir de ahí, el rival también puede motivar al equipo para que se dé cuenta que ante ese rival hay que darlo todo sí o sí, no hay otra situación. Tienes que estar en tu mejor versión y que ellos no lo estén. En cuanto al equipo en sí, al juego, vimos algo del rival ya. No quise ver nada antes del partido contra la UD Las Palmas, no me parecía correcto. Es un equipo muy dinámico, con ritmo alto, jugadores casi todos de último año excepto Bruno. Jugadores que han estado en Segunda B, jugando habitualmente en el Castilla, con extremos a pierna cambiada, con calidad en el uno para uno, jugadores por dentro con calidad… muy completo. Trataremos de estudiar más en detalle para llevar el partido para tener las posibilidades posibles. Una vez estamos aquí, no queremos ir de comparsa. Ya sabemos qué pasa cuando va algún equipo de comparsa, a veces hay sorpresa. Trataremos de ser ese equipo que se meta de tapado, con nuestras armas y fútbol competir. Dejaremos el nombre del Deportivo muy alto y estoy convencido de que los futbolistas van a competir al máximo y vamos a hacer un buen papel».
El premio de disputar la Final Four
«Es un premio para todos. Los premios cuando son en forma de torneos o partidos, intento transmitir que disfruten de la situación. Pero en el deporte solo entiendo una manera de disfrutar, compitiendo. Llevar tu juego al máximo, desde esa manera de jugar tal como lo hace el equipo, ser capaz de competir contra las mejores canteras. No hay mejor satisfacción que ver como el Dépor es capaz de competir. Si somos partícipes de eso, doble alegría. Es un premio para todos. Un premio al trabajo en Abegondo, que a veces se tiene poco en cuenta, no me refiero al de este año, me refiero al que se hace desde hace tiempo. Varios de ellos llevan en el club cinco o seis años».
Óscar Gilsanz, en RiazorTV
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