Aunque hoy en día es perfectamente normal ver a jugadores extranjeros en gran parte de los clubes nacionales, esto no siempre ha sido así. La normativa ha ido cambiando con el paso de los años, aunque hubo una época en la que era mucho más restrictiva. Así, si queremos encontrar al primer jugador extranjero que debutó en el Dépor, tenemos que retroceder a principios de los 70. Este año, precisamente, se han cumplido 50 años desde la incorporación de Guillermo Muñoz.
Un fútbol sin jugadores foráneos
A mediados del siglo pasado, el fútbol era diferente. El patrocinio era un elemento prácticamente inexistente, la profesionalización de los jugadores no era la misma y su entrenamiento tampoco. Ni siquiera lo era la alimentación que seguían. En realidad, este no era un tema del que se preocuparan mucho. Mientras que hoy en día cualquiera puede encontrar fácilmente una amplia gama de suplementos alimenticios en línea, en aquellos tiempos estos temas no eran tenidos en cuenta. Desde entonces, uno de los suplementos que ha ganado popularidad son todas las creatinas monohidratadas y derivadas disponibles. La creatina monohidratada, después de todo, se ha convertido en un recurso valorado tanto por los futbolistas profesionales como por los amateurs.
En lo que respecta a la contratación de extranjeros, el mundo del fútbol todavía estaba en pañales. Al principio, los jugadores de fuera de España no podían actuar de forma profesional, y no fue hasta la temporada de 1934-1935 que la situación cambió, aunque solo de forma temporal.
La guerra, no obstante, supuso un gran freno en el terreno deportivo y, aunque sabemos que se siguieron jugando torneos que todavía son reclamados, todo se paralizó a nivel oficial. El veto a los jugadores foráneos regresó y, aunque solo duró hasta el 47, se siguió repitiendo en años venideros.
Sangre nueva en el deporte nacional
Al parecer, diversos fracasos por parte de la selección española habían motivado el regreso del veto a jugadores foráneos en varias ocasiones. Sin embargo, en mayo del 73, la normativa daría el cambio que permitió la llegada de nuevas estrellas al fútbol español. Cruyff aterrizó en el Barcelona, Netzer hacía lo propio en el Real Madrid y, para el Dépor, llegaba Muñoz.
De origen chileno, Guillermo Muñoz tenía el apodo de Hallulla (un tipo de pan típico de su país). El Dépor gastó unos 250 000 dólares de la época y, aunque ha pasado a la historia por ser el primer fichaje extranjero, el jugador resultó ser un excelente delantero o interior con un disparo potente.
Hasta entonces, los herculinos habían recurrido siempre a la cantera, pero Muñoz sería solo el primer extranjero en llegar.
Cómo fue la llegada de Guillermo Muñoz para el equipo
Guillermo Muñoz no llegó al equipo por casualidad. En realidad, fue Fernando Riera, entrenador chileno que había sido fichado para la temporada 73-74, quien lo trajo. Como era de esperar, la llegada de un jugador foráneo a las filas de un Dépor en horas bajas fue recibida con curiosidad y escepticismo. No obstante, a pesar de que solo pudo jugar en dos partidos a lo largo de las dos primeras temporadas, demostró sus capacidades en el campo, por lo que es recordado tanto por su gran velocidad como por su capacidad de disparo.
La llegada de Muñoz abrió la puerta
Tras la incorporación de Guillermo Muñoz en la plantilla, el Dépor vio que tenía el camino libre para reforzar el equipo. Venía de una época difícil, durante la cual había descendido de categoría en varias ocasiones, y necesitaba recuperar terreno.
Guillermo Muñoz, el primer jugador extranjero en la plantilla del Dépor, jugó con el equipo coruñés hasta el 78, aunque una lesión sufrida en 1975 le impediría darlo todo. No obstante, los 66 encuentros oficiales disputados con el primer equipo y sus 21 goles le hicieron ganarse el aprecio de los seguidores. Desde aquel momento, más de 200 futbolistas extranjeros han pasado por Dépor gracias a aquel primer fichaje. Así, fueron llegando gente como el argentino Omar Jorge Liguori o el yugoslavo Stevan Ostojic.