Héctor Hernández, lateral del Deportivo, analizó la situación por la que pasa el equipo. Reconoce que hay un problema psicológico, ya que tras el gol del Racing de Ferrol todo eran «cabezas gachas, parecía imposible la remontada». Por otro lado, también indicó que «no sé si nos está pudiendo la presión o si no nos acostumbramos a la categoría».
¿Cómo está el equipo a nivel anímico?
«Veníamos de una victoria contra el Guijuelo que anímicamente nos vino muy bien, a nosotros y a la afición. Afrontábamos el partido como muy importante y sí que es cierto que a día de hoy, un gol nos hace mucho daño psicológicamente. Con el 0-0 podía ser que se lo llevaran ellos o nosotros, pero estábamos cómodos. Pero un gol… y ya no ahora, durante todo el año, un gol nos mina la moral. No hay capacidad de reacción y ya se vio que nos metieron un gol y eran todo cabezas gachas, imposible la remontada. Y creo que este parón nos va a venir bien. Nos servirá para limpiar cabezas, analizar lo que ha pasado, mirarnos a la cara, decirnos las cosas y afrontar de la mejor manera posible el partido contra el Pontevedra».
Las diferencias con lo que hacía antes el equipo
«Antes sí que es cierto que a los contrarios les costaba un poco más hacernos gol. Tenían ocasiones, pero manteníamos más veces la puerta a cero. Ahora mismo hemos entrado en una racha y dinámica negativa en que cualquier ‘uy’ nos hace daño. Cualquier ocasión sientes miedo, las cabezas… no están al cien por cien… El rival juega y tiene que tener ocasiones, pero hay que estar centrados en lo nuestro. Ahora mismo un gol nos hace daño sobre todo por la situación en la que estamos. No estamos bien, somos los primeros en saberlo. La afición también los sabe, son conscientes y no queda otra que remar todos juntos, tirar adelante y mirar partido a partido».
El tema psicológico en el Deportivo
«Desde el principio no fuimos conscientes de que estábamos jugando en Segunda B, eso condiciona mucho la cabeza, que es lo principal. Sí que es verdad que teneos gente, me incluyo, que jugó en categorías superiores, pero que por h o por b nos está, no sé decirte, si pudiendo la presión, si no nos acostumbramos a la categoría o qué… no hemos dado con la tecla y ya es hora de dar. Quedan tres partidos y quizá sea tarde, pero mientras las matemáticas están ahí… Es momento de hablarlo todo sin tapujos, somos un equipo en las buenas y las malas. En las buenas todo es fácil, pero en las malas es cuando de verdad hay que demostrar que somos hombres, tenemos que sacar el fútbol que tenemos, y me incluyo ahí que no queda otra».
¿Por qué no se dan cuenta de estar en Segunda B?
«Cuando te llama el Dépor miras su pasado y ves que es uno de los equipos más grandes de España. Y piensas y analizas la llamada y dices… el Depor en Segunda B, ok, pero no es un equipo cualquiera de Segunda B. Por todo. Entonces tanto nosotros como la afición, pensábamos que el Deportivo iba a estar un año en Segunda B e iba a subir al lugar que merece, que es el fútbol profesional. Pero esta categoría es muy difícil, tienes que jugar contra muchos equipos, muchas superficies en las que no estás acostumbrado. Ellos juegan sus bazas y tienes un rival delante, por ahí me guiaba un poco».
Todo el mundo daba por hecho que iban a llegar bien a final de temporada
«Eso es a lo que iba. Gente de comunicación, jugadores, afición… todos pensábamos, creíamos que íbamos a llegar frescos cuando nos juguemos las eliminatorias, pasar la primera fase con la gorra… pero nos dimos cuenta de que hay un rival cada domingo, campos en los que no estás habituado, superficies que no es la más cómoda… igual nos hemos dado cuenta un poco tarde. No hay excusas y no queda otra que intentar sumar estos tres primeros puntos contra el Pontevedra».
La situación clasificatoria
«Ni miro la tabla, pero ni ahora y ni la miraba cuándo íbamos bien. La clasificación son datos que por desgracia reflejan dónde estamos. Creo que nos va a hacer daño mirar la clasificación. Toca mirar día a día, el entrenamiento de cada día. Mirar el partido que toca cada semana y eso es lo que tenemos que mentalizarnos. No podemos mirar más allá del duelo con el Pontevedra. Salir a matar, a morir. Conseguir los tres puntos por nosotros y por la afición».
Rubén de la Barrera
«No es momento de culpar a cuerpo técnico de Rubén, que hace trabajo excelente, mas allá de los resultados, ni es momento de culpar a Fernando. Al final serían excusas, tirar balones fuera, no mirarnos al ombligo, que es lo que hay que hacer. Te digo en primera persona que los principales culpables somos los jugadores, que somos los que salimos al campo. No puedo decir que Rubén o antes Fernando hagan cosas mal o no les entendamos, o no den con la tecla. La culpa es nuestra y solo nuestra».
Un cambio de estilo sin resultados
«Tampoco nos vamos a engañar. Con 8 goles… mucho más no puedes hacer. Y no culpo a nuestros delanteros. Es culpa de todo el equipo. Si desde la defensa sales mejor, el centrocampista lo hace mejor todo, llegarán mejores balones, crearemos más ocasiones y estaremos más cerca de llegar. En este caso, sí que es cierto que estamos llegando más, pero no estamos afortunados de cara a gol. En Ferrol tuvimos varias, no las metes. Con todo lo que eso conlleva, el rival también juega, tienen sus ocasiones y ellos metieron el gol. Y nosotros no pudimos reponernos. Es lo que nos está pasando. Sin fortuna de cara al gol, son rachas, dinámicas y bueno, esperemos darle la vuelta a todo esto. Hay que darle más facilidades a los delanteros, esa es la dinámica a seguir».
La inestabilidad en el Consejo
«No hay estabilidad, pero bueno, nosotros independientemente de eso nos tenemos que aislar de todo eso, tenemos que centrarnos en el día a día y jugar nuestro partido. No hay más. El ruido de fuera no nos tiene por qué afectar negativamente. Y cuando hay halagos tampoco».
La final contra el Pontevedra
«Llevamos un escudo en el pecho que pesa mucho. Somos conscientes de ello. Lógicamente que el mensaje a la afición no es que no llegue o no se lo crean, estoy de acuerdo que se demuestra mediante hechos y no palabras. En primera persona digo que siempre que me dan la oportunidad de salir al campo lo doy todo. Creo que esa es la base por lo menos para poder por lo menos competir el partido. Entiendo a la afición. Están disgustados y enfadados. Toda la razón. Desde aquí decir que estamos en deuda y que vamos a pelear por lo que queda».
La charla en el vestuario
«El otro día tuvimos una charla en la que nos miramos a la cara, a los ojos. Nos dijimos las cosas sin tapujos. Somos un equipo. Te puedo decir que dentro somos una gran familia y lo digo con la cabeza alta, pongo en la mano en el fuego por este equipo. No hay ni un ego, ni una mirada por encima del otro al compañero. Todos trabajamos en lo mismo, no nos salen las cosas. Nos dijimos las cosas claras, lo que pensábamos que estaba fallando del equipo individualmente cada uno y a raíz de ahí creo que podemos mejorarlo y crecer. Ojalá no se quede en palabras y sean hechos que tanto nosotros como la afición quiere ver».