Llega a Riazor con ocho futbolistas en juveniles y uno en edad cadete. Pero eso no significa que acuda en cuadro a A Coruña. El Barça Atlètic amenaza (domingo, 19:00 horas) el ascenso del Deportivo con un grupo de futbolistas que, en alto porcentaje, apuntan a tener un futuro no solo evidente, sino brillante en la máxima élite. Porque sí, son inexpertos, pero también ‘JASP’: jóvenes aunque sobradamente preparados. Y lo demuestran cada fin de semana, ya que solo un grupo perfectamente capacitado y bien dirigido por el mito futbolístico Rafa Márquez puede ser capaz de ‘aguantar’ el tirón del Dépor en esta segunda vuelta.
Los 42 puntos en 16 encuentros tras el ecuador son un registro histórico por parte del equipo herculino. Pero el Barça Atlètic le sigue de cerca, con 39 unidades. La única diferencia está en la derrota que el filial blaugrana cosechó en el Reina Sofía, único gran traspié (4-1) de un equipo que en esta segunda vuelta tan solo ha fallado otra vez a domicilio: en el empate en su visita a Irún (0-0).
El cuadro culé cuenta el resto de salidas por triunfos y solo una dubitativa primera vuelta le impide llegar a estas alturas de curso con números sobresalientes a domicilio. Jugar bonito y jugar bien no está reñido con saber competir. Y este Barcelona, con una media de edad en torno a los 20 años y 35 jugadores diferentes figurando en la hoja de minutos, lo demuestra.
Márquez ha logrado construir un bloque con una identidad muy marcada y que es fiel reflejo del fútbol que se trabaja en La Masía. El Barça Atlètic quiere y tiene el balón. Es el equipo con más posesión de toda la categoría (63%), el que acumula más pases por partido (508), el que promedia más pases hacia último tercio (53,39) y que el juega con un ritmo de circulación más alto (15 pases por minuto de posesión).
Pero es que además, todo eso, le hace ser un equipo muy productivo a nivel ofensivo, ya que tan solo Celta Fortuna y Dépor suman más goles que la escuadra catalana (56) en el Grupo 1. El filial céltico también es el único que le supera en expectativa de gol (50,88 xG, siempre según Wyscout), aunque el bloque de Márquez remata más que nadie (11,77 chuts por encuentro).
El Barça Atlètic, un equipo que cose por dentro
Los datos de ataque del Barça Atlètic impresionan, pero simplemente son una correspondencia con su fútbol. Porque cuando uno ve jugar al filial blaugrana, entiende el porqué de esas cifras. Ante la ausencia de lateral derecho por las constantes lesiones de Trilli y la presencia de Héctor Fort en el primer equipo, Rafa Márquez ha dejado atrás el ‘canónico’ 4-3-3 por una estructura mucho más maleable. Por supuesto varía en función de si el equipo se encuentra en fase ofensiva (más parecido al 4-4-2) o defensiva, pero sobre todo se muestra tremendamente dinámica con pelota.
Ahí, cuando el Barça dispone del esférico, el equipo se dispone en algo parecido a un 3-2-2-3. Aunque, como decimos, se trata de una forma de ordenar el caos racional de un conjunto que basa su progresión en el juego en una fabulosa capacidad para saber cómo ocupar espacios en función de balón, compañeros y rivales, cómo orientar el cuerpo, cómo controlar, cómo pasar y cómo conducir. Este Barcelona es asociación y vértigo y, por eso mismo, el Dépor tendrá que tener mucha precaución para no desordenarse y conceder espacios a la espalda del doble pivote en la presión que, seguro, planteará Idiakez.
Astralaga ha sido indiscutible en la meta cada vez que no ha tenido requerimiento por parte de Xavi Hernández para completar convocatorias arriba. Por delante, la baja del poderosísimo Mbacke abre la duda en el acompañante de Mikayil Fayé, zurdo con un golpeo demoledor que en esta línea de tres actúa en el centro.
En la izquierda, Gerard Martín es indiscutible. El lateral zurdo llegado del Sabadell es el único jugador que ha disputado todos los minutos. Por su biotipo, encaja como central, aunque esa posición simplemente surge como punto de partida con balón, ya que si la jugada lo requiere no tiene problema en soltarse por fuera y demostrar que es un zaguero con recorrido.
En la sala de máquinas, el espigado juvenil Marc Bernal se ha hecho con un puesto en el once. Pivote canónico aunque con capacidad para aparecer más arriba, fue uno de los ocho futbolistas culés que acudió al pasado Mundial sub-17, disputado en Indonesia el pasado noviembre. Junto a él está actuando Marc Casadó en un doble mediocentro que ha sido la solución de Márquez ante los problemas en el lateral derecho. A cambio de perder profundidad por fuera, el técnico gana más futbolistas por dentro para construir y proteger el carril central en caso de pérdida.
Esa ausencia de piezas en el carril diestro en ataque lo ha ido compensando con Guille Fernández. De 15 años, todavía cadete, acumula ya 6 participaciones con el filial, las dos últimas partiendo desde el once inicial. El jovencísimo centrocampista es el prototipo de interior ‘escuela Barça’. Menudo, con capacidad para ubicarse, un gran control y pase. Al tender a situarse en ese carril intermedio derecho no solo es el puente para activar al extremo Naim, sino que muchas veces es quien le ofrece una solución en profundidad.
Porque lo que está claro es que, una vez recibe Naim García, el Barça Atlètic acelera. El zurdo juega a pie cambiado y muy pegado a la cal para aportar amplitud y encarar. El futbolista cedido por el Leganés es brillante en la conducción y tiene un golpeo extraordinario, como atestiguan sus 4 dianas en 15 encuentros.
En el extremo opuesto, Márquez varía entre Unai Hernández o Pau Víctor. El primero es más centrocampista. Uno más buscar todavía más control y capacidad de regate con el balón al pie. El otro es un punta que va bien al apoyo, pero sobre todo destaca atacando los espacios. En función de esa decisión se conforma el centro del campo y la punta del ataque. Porque si Unai actúa como interior, Moha podría ‘robarle’ el puesto a Guille. El ex del Celta es el veterano del equipo, con 24 años, y tiene una capacidad fabulosa para marcar el ritmo.
Sin embargo, si Unai es el extremo zurdo, Pau pasaría a la punta para amenazar la espalda de los dos centrales deportivistas con sus 17 goles y Marc Guiu esperaría desde el banco. Aunque el espigado ariete también sabe romper en profundidad, es un futbolista también dotado para el cuerpeo y un gran oportunismo: en 460 minutos ya ha anotado 4 dianas con el filial, además de estrenarse en su debut con el primer equipo.
El Barça Atlètic y sus problemas
Así, el Barça Atlètic es, junto al Celta Fortuna, el mejor equipo del Grupo 1 a nivel ofensivo. Pero dista de ser un bloque perfecto. Porque aunque compite muy bien, tan solo ha dejado su portería a cero en 8 ocasiones. Más allá de esta circunstancia y sus 38 tantos encajados en 35 encuentros, está su sangría a balón parado. Ese es el gran quid de la cuestión. Porque en 4 de los últimos 5 partidos ha recibido un gol de falta lateral o córner. Además, de una manera muy similar, con envíos al primer palo a la altura de la frontal del área pequeña.
Un dato que podría parecer puntual, pero que se extiende a lo largo de todo el curso, ya que con 12 goles recibidos, es el equipo que más encaja a través de acciones de pizarra. Esta es, precisamente, una de las fortalezas del Deportivo. Porque aunque el equipo ha dejado de encontrar con tanta asiduidad el gol desde la pelota quieta, sigue teniendo un potencial descomunal.
A estas situaciones se le suma una evidente debilidad en la transición defensiva -otro de los fuertes de un Dépor que goza corriendo-, lógica teniendo en cuenta lo que expone. Y también dificultades para defender el área, algo coherente si tenemos en cuenta su debilidad sistemática a balón parado. Debilidades de un equipo jovencísimo, pero preparado para competir a través de un extraordinario talento que amenaza con aguar la fiesta en Riazor.