Joan Capdevila es uno de esos futbolistas que será recordado por siempre en A Coruña. Formó parte del Deportivo que conquistó el Centenariazo y estuvo un total de siete temporadas vistiendo la blanquiazul. Ahora, ha recordado varias anécdotas de esa época en el canal de YouTube de Senén Morán donde estuvo un viejo conocido de esta casa, Dani Méndez.
En esta entrevista, le fueron preguntando por las diversas personalidades con las que coincidió en el banquillo, como los más malhumorados, los más duros o hasta los más graciosos. Esto es lo que ha respondido Joan Capdevila:
Los jugadores más malhumorados del Deportivo
«Pandiani cuando se enfadaba, cuidado. Tenía su raíz uruguaya y poca broma. Lo veías compitiendo con los rivales, pero más que vinagre tenía ese punto de mala leche», indicó Capdevila. «Vinagre no creo que hubiese ninguno, pero Molina era más serio. Conseguí que contase un chiste después de siete años».
Los más duros
«Como jugador durillo, Coloccini. Era de esos que marcaban bien la línea, que te vienen bien». Dani Méndez aprovecha para sacar el nombre de Duscher y recordar sus enfrentamientos con Beckham. «Con Duscher también, pero era más de centro de campo. Me quedo con Coloccini, sabía cómo hacer las faltas. Entre Pandiani, Duscher y Coloccini, vaya trío».
Los más bromistas
«Siempre me he llevado muy bien con Jorge Andrade, además de ser compañeros, fuera del campo éramos muy buenos amigos. Jaime, el pelirrojo que vino del Madrid, era un cachondo total. Y tengo una anécdota muy buena con él. Hicimos un ejercicio un día en el que estaba Jabo participando, hacía de contrario. Vino Jaime y dijo, «esta es la mía». Empezó a correr, se tiró con la dos piernas y lo levantó tres metros. Creo que lo lesionó, estuvo cojo una semana».
Los cracks totales
«Aquí sí que hay una larga lista. Para mí eran todos cracks. Cuando llegué y vi la que estaba montando Djalminha… desde esa no vi nada igual. Cuando iba a sacar un córner, parecía que el estadio se iba a caer. Era un jugador diferente.
Valerón era un escándalo, Tristán en sus mejores momentos era el número uno. Makaay definía como nadie. Mauro Silva, era espectacular el respeto que le tenían incluso los árbitros. El respeto que imponía era brutal, para rivales, afición, árbitro. Además era buena persona, siempre muy respetuoso, estaba pendiente de todo, no se le escapaba nada, hasta estaba pendiente del utillero. Fran… me voy a emocionar, este es muy emotivo. Lo que vivimos aquellos años, ahora nos damos cuenta de lo que éramos y lo que hicimos. Al menos, escribimos la historia de un Deportivo que espero que vuelva a Primera, estoy sufriendo como un deportivista más».
Sobre Djalminha, recordó que aquella plantilla «era muy competitiva. Era un dilema. Tienes que poner a Valerón o a Djalminha. Si pones a los dos, tienes que quitar a Víctor, Fran, Makaay o Tristán. Tenía tantas alternativas Irureta, que era una pasada. Era un dilema, estaban los dos a un nivel altísimo. Le penalizó el cabezazo, que le privó de ir al Mundial. Si no llega a ser por eso, hubiese sido campeón del Mundo. Ese cabezazo le perjudicó, seguro que a día de hoy está arrepentido».
Santa Cristina
Dani Méndez, además, le preguntó por el ocio nocturno en Santa Cristina en aquella época. «No sé cómo estará ahora, pero recuerdo que los equipos rivales querían jugar el domingo para quedarse en A Coruña. No nosotros, los rivales se querían quedar. Había que saber elegir los días, pero a veces el domingo por la tarde jugábamos y luego a Santa Cristina, era el post partido».
El Centenariazo
«El Centenariazo fue increíble. Éramos los invitados a la fiesta del Madrid, y al final les competimos muy bien. Solo hay que ver la agresividad del equipo desde el minuto 1, en el minuto 3 hay pelea entre jugadores. El equipo quería. Ese día estaba en el hotel, no sabía si iría convocado y tenía mis dudas. Habíamos viajado todos, tenía la duda de si iba a quedar en la grada o en el banquillo. Al final dio los que quedaban fuera y me puse muy contento de estar en el banquillo. Era complicado tener minutos, y llegué a jugar diez o quince minutos. Salí antes incluso que Djalminha (risas), era para flipar. Poder estar unos minutos en el campo, me llena de satisfacción. Fue algo único. Al ser los invitados al centenario del Madrid, dimos un golpe sobre la mesa. Para todo Deportivismo fue un día muy importante».