«Les insisto mucho en que hagamos faltas, pero nos cuesta mucho hacer faltas. Nos lo tenemos que meter en la cabeza, porque no lo podemos permitir. La Real Sociedad, uno de lo mejores equipos de la liga, es el que más faltas hace. Cuando juegas a atacar, no puedes permitir que cada pérdida sea un correcalles. Nuestra gente de arriba tiene que empezar a recibir tarjetas por hacer faltas». Son palabras de Imanol Idiakez al término del Dépor 1-1 Sestao River, un partido en el que su equipo había vuelto a conceder un gol en un contragolpe rival.
El técnico vasco mostraba su lamento por esta circunstancia, una jugada ya repetida durante partidos anteriores. Pérdida, mal grado de contundencia -por precipitación o por defecto- y lo que era una transición defensiva bien balaceada se convierte no solo en ocasión, sino en tanto del contrario. Fuenlabrada -hasta en dos ocasiones-, Real Unión de Irún, Osasuna Promesas o Sestao River sacaron petróleo de acciones de este tipo. Demasiados goles encajados siguiendo el mismo patrón. Sobre todo para un equipo que si por algo se ha destacado en este primer tramo de curso ha sido por su cierta solidez sin pelota. No en estos casos.
Idiakez apeló a esa timidez a la hora de hacer falta. Faltaba meter el pie, utilizar el cuerpo. Frenar en vez de confiar en que la acción del rival no iba a salir hacia delante y, entonces, tener que correr con urgencias hacia atrás. Y lo cierto es que cuando aquel 10 de diciembre apeló a eso, tenía razones. Porque su Deportivo era, con 172 infracciones, el segundo que menos faltas cometía no solo en el Grupo 1, sino en toda la Primera Federación. Solo el Arenteiro tenía un dato menor.
Curiosamente frente al equipo ourensano, en el último partido de liga, el vestuario tomó nota del recado de su entrenador. En un choque de mucho ritmo y poco control, la escuadra coruñesa finalizó con 18 faltas, su récord en un único partido, igualando así el registro del Johan Cruyff. Pudo ser casualidad que en ambos encuentros el equipo remontase. Lo que no lo fue tanto resultó ser el guion de partido, pues se vio a una escuadra blanquiazul agresiva no solo sin balón, sino también con él. Una actitud que le ha faltado, sobre todo en su fase ofensiva, en muchos partidos.
La cita que cerró el 2023 en O Espiñedo sirvió para maquillar las números. El Deportivo ya ha dejado atrás a otros equipos en cuanto al volumen de faltas. Pero no puede ocultar la tendencia y el verdadero acento en el lamento de Idiakez: los atacantes deportivistas meten poco el pie. De hecho, es que la afirmación se podría extender mucho más que a los futbolistas de ataque, ya que hay un nombre que copa más que nadie el apartado de infracciones en el Dépor: José Ángel Jurado.
El andaluz es el segundo futbolista de la categoría que más faltas ha cometido. Si cerramos la lista al Grupo 1, sería el primero. A Jurado le han señalado ya 37 infracciones. O, lo que es lo mismo, 2,17 por cada 90 minutos.
Uno podría pensar que, precisamente, la labor de José Ángel es esa: cortar jugadas. Y, efectivamente, en ese rol de centrocampista más defensivo, uno de sus grandes cometidos es establecer cortocircuitos en el rival cada vez que el Deportivo no tiene la pelota. Sin embargo, en la lista de grandes infractores de cualquier categoría -y en Primera Federación no iba a ser menos-, hay otro gran grupo de jugadores que acompaña a los centrocampistas: los atacantes.
La explicación es simple. Por un lado, porque ellos suelen ser los futbolistas más cercanos al balón a la hora de ejercer una presión tras pérdida. Por otro, porque jueguen en equipos con un fútbol directo o algo más asociativo, suele ser habitual que se vean inmiscuidos en un alto volumen de duelos. Unas disputas que, en no pocas ocasiones, acaban con falta a favor del defensor.
De este modo, si filtramos únicamente al Grupo 1, el extremo osasunista Osambela (35); el punta del Real Unión, Antón Escobar (34); el delantero del Logroñés, Jordi Escobar (34); el atacante culé Pau Víctor (31) y el ariete del Nàstic, Pablo Fernández (30) preceden a Jurado en cuanto a volumen de faltas. Todos tienen un denominador común: juegan en las líneas más ofensivas de sus equipos.
José Ángel, más del doble
La lectura empieza a ser evidente y se clarifica más cuando acudimos a los datos particulares del Deportivo. Centrándonos solo en el equipo blanquiazul, José Ángel Jurado acumula más del doble de faltas (37) que el segundo jugador deportivista con más infracciones. De hecho, es que en ningún otro equipo del Grupo 1 el jugador con más faltas acumula un porcentaje más alto con respecto al total. Jurado comete casi el 20% (19,5%) de las faltas del Dépor. Una barbaridad.
Su inmediato perseguidor en esta faceta no es otro que Diego Villares, un hombre que ha ido adelantando cada vez más su posición para compensar los déficits del equipo, pero que comenzó siendo mediocentro junto al ex del Tenerife. Con ‘solo’ 16 infracciones, Villares es quien más cerca sigue a su antiguo compañero en el doble pivote.
¿Y qué pasa con los atacantes? Pues que hay que irse hasta el quinto puesto para encontrar al primero: Lucas Pérez. El de Monelos, siempre según Wyscout, ha hecho 12 faltas. Su media de 0,78 por cada 90 minutos no es alta, como tampoco lo es la de Davo (0,95), Hugo Rama (0,97). Lo mismo sucede con un Salva Sevilla que no es atacante per se, pero sí un futbolista enfocado a hacer brillar al equipo en fase ofensiva y, a la vez, dotar de equilibrio. Sus 0,98 faltas por cada 90 minutos jugados, siendo una de los dos piezas del doble pivote, parecen escasas.
Caso contrario es el de Yeremay Hernández. A pesar de su lesión, el canario parece haber mantenido el paso adelante a nivel de compromiso defensivo que empezó a enseñar con la llegada de Rubén de la Barrera. En sus 449 minutos en el verde ha hecho ya 10 faltas, lo que da una media de 2 por cada 90 minutos.
Evidentemente, el buen hacer defensivo de un equipo no se mide solo en faltas. Pero esas infracciones pueden ser un buen termómetro del nivel competitivo del colectivo. Porque incluso siendo dominador es necesario utilizar el recurso de la falta para evitar que el rival corra al espacio. Al menos, de la manera que quiere Imanol Idiakez, quien forjado en la casa ‘Txuri-Urdin’, puso a la Real Sociedad como paradigma: un equipo propositivo pero muy, muy agresivo una vez pierde la pelota.
Mientras, el Deportivo busca encontrar un equilibrio para evitar que José Ángel Jurado sea quien pague, día sí y día también, la ronda por todos.