Cuatro días después del desastre de Vallecas, mi cabeza no consigue olvidar ciertas imágenes. La demarcación de lateral izquierdo es una de las más demandadas en el fútbol actual. Ya no hay grandes laterales que desnivelen un encuentro, y en general, es un puesto que supone un gran quebradero de cabeza para muchos equipos.
El Dépor de las últimas dos décadas ha contado con jugadores muy diversos para ese puesto. Futbolistas apañados como López Rekarte o Bonnissel, grandes descubrimientos como Nando o Capdevila, y gente que cumplía con creces como Romero. Gustaban más o menos, pero en Riazor se hicieron futbolistas y dejaron buenas tardes de fútbol.
Desde la marcha de Filipe Luis, el templo deportivista echa de menos a un lateral izquierdo. El brasileño, después de un inicio complicado, se adueñó de la banda izquierda con partidos y actuaciones memorables. Su marcha fue un shock para un puesto que nunca resultó ser igual. Rindaroy, Morel, Ayoze y ahora Evaldo, completan un póker de nombres que no dejarán su sello en la historia blanquiazul.
Evaldo ha sido el centro de las críticas esta temporada tras un inicio poco prometedor a nivel colectivo. A veces, la crítica a un futbolista puede resultar injusta, pero Oltra debe reaccionar como hizo el año pasado con Ayoze. Es lógico y lícito que el vestuario defienda a su compañero, pero el fallo en el segundo tanto de Vallecas, evidencia una falta de confianza alarmante en un jugador que salta con miedo al terreno de juego.
Sus nervios e inseguridades son una losa que no ayudan a un equipo en caída libre y que necesita reaccionar. No todo el mundo está preparado para ser futbolista de alto nivel y la adaptación no resulta igual de fácil para todo el mundo.
Evaldo tiene condiciones ofensivas para ser un jugador que se asiente en el Dépor, pero cada partido demuestra que, hoy por hoy, no está preparado para ser titular. José Luis Oltra tiene una papeleta difícil de resolver. Hay que tapar el agujero que se ha formado en la zaga blanquiazul.
Los tiempos han cambiado, y aunque la realidad obliga a ser conscientes de las carencias que tiene el club para fichar, hay que afianzar las posiciones más débiles, y entre ellas destaca un lateral izquierdo que, desde la salida de Filipe Luis, aguarda huérfano a un inquilino de cierto nivel. Ojalá Evaldo se recupere porque no está pasando un buen momento, y mi corazón obliga a apoyar a cualquier futbolista que vista la zamarra deportivista.