Manuel Losada, Chollas, analiza un Pontevedra – Deportivo donde los de Rubén de la Barrera no consiguieron pasar del empate, pero que dejó cosas interesantes de cara al playoff.
La fase ofensiva del Pontevedra – Deportivo
Si en la semana anterior, Rubén introdujo cambios en el once inicial, en esta semana, no fue menos. El equipo salió con Ian Mackay en la portería y una línea de 4 defensas compuesta, de izquierda a derecha, por: Raúl Carnero, Jaime, Pepe y Trilli; en el medio, Isi Gómez, Rubén y Olabe; en las bandas, Peke y Mella y, por último, Lucas arriba.
Empezó el Depor con capacidad para generar peligro cuando tenía espacio “para correr”, especialmente, por la banda de un incisivo Yeremay. Sin embargo, rápidamente se fue diluyendo el juego ofensivo del Deportivo e incluso el propio partido. El proceso ofensivo empezó a deslavazarse por momentos, con exceso de conducciones y acciones individuales, jugadas de difícil ejecución, poca sincronía y una falta de tensión competitiva que derivaba en un equipo bastante descompensado por muchos momentos. A nivel de concentración y actitud, Lucas pareció ser el que más enchufado, se le vio organizar, echar broncas y recolocar a sus compañeros en múltiples ocasiones; el de Monelos no entiende de jugar partidos por jugarlos…
Desde un punto de vista táctico, Olabe hacía la salida cerca de los centrales e Isi era el interior que se acercaba más para la iniciación del juego quedando, por lo tanto, Rubén, normalmente, un escalón más arriba. En otro momento del partido, Rubén utilizó otra variante táctica y colocó a Isi Gómez en la posición de lateral izquierdo y Raúl Carnero avanzó e interiorizó su posición. Rubén de la Barrera va trabajando y probando, desde que llegó, diferentes vías en la fase de inicio y construcción del juego deportivista a pasos acelerados, no le queda otra…
Con Lucas en punta, el equipo deportivista ganó mucha movilidad por delante del balón y también consiguió superioridad numérica cerca del balón. Además, por otra parte, el de Monelos atraía al central, que lo perseguía fuese donde fuese (superando, incluso, en su persecución a sus propios medios). Sin embargo, ningún jugador deportivista atacaba ese intervalo (entre central que permanecía y lateral) tan amplio y peligroso. Esto sucedía porque los medios estaban muy lejos, posicionales y cercanos al balón (y no a ese espacio) para atacar ese espacio y, por otra parte, los extremos estaban muy abiertos y no llegaban a “romper” en/a dicho espacio.
Como comentamos, poco se puede destacar del juego del equipo deportivista; en primer lugar, por la cantidad de novedades que hubo en el once; en segundo lugar, porque el equipo coruñés salió a jugar el partido con muy poca intensidad y, por último, porque parecía que tenían la cabeza ya en el playoff (y más a sabiendas del resultado que estaba teniendo el Castilla.
De todas maneras, sí se vieron una serie de mecanismos, en el último tercio de campo, que parece que Rubén quiere ir estableciendo: los cambios de orientación largos continuos para situaciones de 1vs1 de los extremos (o, en su defecto, si hay tiempo y posibilidad, 2vs1); en situaciones cercanas a la frontal, pase atrás o de fuera a dentro e incorporación, en desmarque de ruptura, de jugadores de segunda línea…
Según fue pasando el partido, ya en la segunda parte, Rubén introdujo varios cambios, el equipo dio un pase adelante y mejoró. Aumentó el ritmo ofensivo (y defensivo) y la entrada de Álex recolocó a nivel actitudinal y táctico al equipo. El capitán dio una máster class de interpretación del juego, ocupación de los espacios e, incluso, realizó varios pases en profundidad de verdadera calidad e intención táctica. Además, tanto en la primera fase defensiva (transición) como en la segunda (funcionamiento defensivo), estuvo perfectamente colocado y atento.
Personalmente, creo que los jugadores con los que acabó el equipo el partido serán muchos de los, para el playoff, sacará de partida el entrenador deportivista contra el Castellón.
La fase defensiva del Pontevedra – Deportivo
El Depor estuvo bastante desajustado y largo durante gran parte del partido y el Pontevedra, sin hacer nada del otro mundo, fue capaz de combinar y generar peligro. El equipo buscó apretar hacia delante, con la defensa muy alta, incluso, en muchas situaciones, con el poseedor sin apretar, con el peligro que conlleva ello…
Por otro lado, el Deportivo mantuvo, al igual que el partido anterior, el comportamiento/intención táctica de defender por delante de los delanteros rivales, en determinados momentos, para inhabilitarlos y/o dejarlos en fuera de juego. Esta conducta, cuando no se ajustó bien en la presión por delante en los próximos al balón, derivó en situaciones peligrosas y/o con la defensa corriendo hacia su propia portería y presionados por los rivales. De hecho, el gol del Pontevedra vino de una situación de este estilo en la que el Pontevedra jugó en largo, Raúl realizó un despejo muy forzado el cual le cayó a Abelenda y el resultado ya sabemos todos cuál fue…
Debe ajustar, equilibrar y compensar su juego defensivo el equipo herculino para este playoff si no quiere sufrir en exceso con ello.
A DESTACAR
Partido insustancial
Todo lo escrito, en relación al análisis táctico del partido, creo que queda bastante desvirtuado debido a lo intrascendente del mismo. En mi opinión, el partido que jugó el Deportivo, este fin de semana en Pasarón, no es, para nada, representativo de lo que vamos a ver en el playoff. No lo es, en primer lugar, por las piezas que salieron en el once inicial; así, como tampoco por lo que se vio sobre el terreno de juego. Fue un partido totalmente insulso, falto de ritmo, sin la concentración y rigor de un partido en el que “te juegas algo” y, con la victoria que estaba logrando el Castilla, fue simplemente un mero trámite. Eso sí, un trámite que le costó muy caro al Deportivo por la lesión de Quiles.
Quiles
Veo a mucha gente protestando y quejándose de que no debería haber entrado a jugar Quiles y, en mi opinión, creo que es todo lo contrario. Él es un jugador que le cuesta coger “el ritmo competitivo”; al principio de temporada siempre lo vemos y le cuesta unos partidos encontrar su mejor versión. El partido en Pontevedra, de cara al playoff, era ideal para que jugase unos minutos y cogiese algo de “ritmo” y sensaciones en campo y con el balón. Sin embargo, el destino, como tantas veces ya, le tenía preparada una sorpresa (de las malas) al Depor; lesión del crack deportivista. Menos mal que no ha sido nada grave porque viendo las imágenes, daba realmente miedo.
Cupo lleno
No creo que todo lo que viene pasando al Deportivo sea cuestión de mala suerte, ni mucho menos. Pero, lo que parece innegable, es que ésta ha sido su compañera de viaje en muchos momentos claves. ¿Qué más le puede pasar al Deportivo? Creo que el cupo de mala suerte para este año (y de los últimos también, quizás) está lleno. También es cierto que, en este aspecto, en el Deportivo, muchas veces, parece que se da el principio de “más difícil todavía”… La lesión de Quiles es la gota que colma el vaso; esperemos (deseo) que sea el presagio del algo bueno; como asevera el dicho “Dios aprieta, pero no ahoga”. A rezar…
El momento de la verdad
Todo lo jugado, hablado, escrito…. hasta ahora no vale prácticamente de nada. El Deportivo se juega, a partir de este domingo, esperemos que en 4 partidos, toda la temporada y la consecución de su objetivo principal, el ascenso. No vale ahora de nada quejarse de los distintos entrenadores; de si este jugador ha estado bien, mal o regular; de si la directiva podía haber hecho esto o lo otro… es momento de unir fuerzas, apoyar y animar al equipo y apretar los dientes en pro de un ansiado ascenso. Ahora mismo, es momento de sumar o de apartarse a un lado.