El Dépor encadenó este domingo su segunda victoria consecutiva (2-3) y despide el año en lo más alto. El equipo de Borja Jiménez superó a la Cultural Leonesa con un gol en el 90’. Repasamos en varios apuntes lo más destacado.
Continuidad al plan ofensivo
Contra el Valladolid Promesas, el Dépor fue capaz de golear (3-0) pese a no tener las mejores sensaciones en cuanto al juego. Y en el Reino de León, ante la Cultural, Borja Jiménez apostó por repetir el mismo dibujo: el 1-4-2-4. Un once muy ofensivo, con William, Miku, Noel y Quiles como hombres más adelantados, y con las novedades de Lapeña y Víctor García, ya de vuelta, en defensa. Pese a lo ajustado del marcador, el equipo coruñés se encontró más cómodo que en la jornada anterior; especialmente en el primer tiempo.

En fase de iniciación, Juergen Elitim volvió a lateralizar su posición para ofrecer una salida de balón limpia. Incluso hubo tramos, los menos, donde pasó a incrustarse entre Lapeña y Jaime.


Intervencionismo de Borja desde el banquillo
Del control a la amplitud. Del 1-4-2-4 al 1-4-2-3-1. En el 60’, Borja Jiménez retiró a Quiles y dio entrada a Villares. Ahí, Noel pasó a la banda derecha y el centrocampista chairego se situó por delante de Álex y Juergen. Seis minutos más tarde, Rafa de Vicente sustituyó a Noel y se situó al lado del capitán; adelantando a Juergen como mediapunta y desplazando a Villares a la banda derecha.
Con esas dos primeras ventanas, el técnico abulense reforzó el centro del campo. Sin embargo, el Dépor no acabó de encontrarse bien en ese tramo de partido, así que en el 77’ modificó el plan: apostó por los extremos, por Soriano y Doncel. El madrileño se ubicó en la izquierda y el barcelonés en la derecha. Con ese cambio, el Dépor volvió a amenazar en ataque. Y precisamente por ahí, por una banda, llegó el 2-3. Fue en el 90’, en un envío de Mario Soriano que la zaga local no acierta a despejar y, después de varios rechaces, aprovecha Miku.

Efectividad leonesa
Si algo exhibió la Cultural contra el Deportivo fue efectividad. En sus dos ocasiones más claras, consiguió dos goles. Con protagonismo total para Aarón Piñán (1997), el equipo leonés apenas generó situaciones de peligro, más allá de esas dos acciones puntuales. En el segundo tiempo, donde fue capaz de dar un paso adelante, acumuló llegadas, pero sin concretar.
¿Cómo encajó los dos goles el Dépor? En el 1-1, Aarón Piñán sorprende con un auténtico golazo -otro más para su cuenta- desde la frontal del área. Previamente, Lapeña salta un segundo tarde sobre Solís, que hace un cambio de orientación hacia el goleador. Y luego, Héctor, mal perfilado, no es capaz de frenar a un Aarón que va de fuera hacia dentro y bate a Ian con un zurdazo.

En el 2-2, el mismo protagonista recibe un balón a la espalda de Álex y Rafa de Vicente, encara a Jaime y Héctor y define cruzado.

La incidencia de Héctor Hernández en los goles
Ya no es noticia, pero Héctor Hernández volvió a ser diferencial en ataque. Aunque Víctor García regresaba al once, el protagonismo recayó totalmente en la izquierda, recayó totalmente en el lateral pucelano. No en vano, tuvo incidencia directa en 2 de los 3 goles. En el 0-1, un disparo suyo derivó en el rechace que convierte Miku. Y en el 1-2, asiste a Quiles; como tantas otras veces, recibiendo en el último tercio y pisando línea de fondo para colgarla al área. Ya suma 4 de asistencias de gol, solo superado por un Juergen que también ejecuta el balón parado.


En lo estadístico, otra buena noticia, además de los 8 goles de Miku y los 8 de Quiles para cerrar el año. 16 (+ los 3 de Noel) en 17 jornadas.
La piña del vestuario
No entra en el apartado táctico, pero influye directamente en él. Tener un buen vestuario allana el camino, acerca a los equipos a sus objetivos. Y el Dépor, ahora mismo, goza de buena salud en ese sentido. Así lo atestigua la celebración del 2-3, con titulares y, sobre todo, suplentes corriendo como locos a celebrar. Y así lo ejemplifica Josep Calavera, uno de los menos utilizados, y el primero en unirse a la piña.
Y así lo atestigua también la foto del pospartido; sonrisas como las de Borja Granero, Pablo Trigueros… Futbolistas con trayectorias destacadas en la categoría que asumen ahora un rol secundario. Porque, más allá de la ambición personal, está el bien común. Y ahí hay, en ese particular, hay que apuntarle otro tanto, al menos hasta el momento, a cuerpo técnico y secretaría.
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Que el 2022 traiga muchas más sonrisas, muchos más desplazamientos en masa -de una afición incomparable-. Y, sobre todo, champán.