El Dépor superó este domingo al Valladolid Promesas (3-0). Un resultado que permite que el equipo de Borja Jiménez despida el 2021 como líder, independientemente de lo que pase en la última jornada en León. Repasamos en varios apuntes lo más destacado.
El once más ofensivo
Sin Víctor García ni Lapeña, Borja Jiménez tuvo que modificar su defensa, dando entrada a Trilli en el lateral derecho y a Granero como central izquierdo. Ese movimiento desplazó a Jaime Sánchez al otro perfil en el eje de la zaga. Pero no fueron los únicos cambios. El técnico abulense cambió el dibujo, abandonó los tres en el medio y apostó por el once más ofensivo de la temporada: un 1-4-4-2 con doble pivote para Álex Bergantiños y Juergen, bandas para Quiles y William y punta para Noel y Miku.
“Cuando metes un jugador más de ataque por un centrocampista, pierdes el control del juego”, decía el propio Borja en el pospartido. Y eso fue lo que le pasó contra el Valladolid. Con una pieza menos en el medio, el Dépor no tuvo la fluidez de otros días ni el control.
De entrada, en salida de balón, empezó Juergen más cerca de centrales, para ofrecer buen pie. Luego, el cafetero adelantó algo más su posición y fue Álex quien ayudó en la iniciación.
Pegada azul y blanca
No completó su mejor partido, pero sí exhibió pegada. Más allá de los 3 goles, el Dépor dispuso de un remate alto de William (4’) dentro del área, un cabezazo de Miku a balón parado (15’) y un disparo de Quiles al palo (71’), ya para el hat-trick. No necesitó generar excesivas ocasiones para golear a su rival. Con este doblete, el onubense suma 7 goles, por los 6 de Miku. Cuando los dos delanteros -más los 3 de Noel- se manejan en esas cifras, simplifican mucho todo.
El primer gol, en dos movimientos
El 1-0 del Dépor llegó en una gran acción colectiva. En pocos toques, pero con varios matices interesantes. La jugada comienza en las botas de Mackay, con suspense. Combina con Granero, este abre a la izquierda para Héctor Hernández. El lateral acomoda el balón, levanta la cabeza y busca en largo a Miku.
Otra portería a cero
Si bien es cierto que el Promesas contaba con la baja de Paulo Vítor, su mejor hombre y el más acertado en el plano anotador, el Dépor consiguió dejar una semana más la portería a cero. Y, tenida en cuenta la dinámica en la que llegaba el rival, no es un dato menor. El filial blanquivioleta venía de hacer siete goles en los últimos tres partidos (3 ante el Racing de Santander, 2 ante la UD Logroñés y 2 ante el DUX). Y ante el Dépor solo fue capaz de generar ocasiones claras en el arranque de los dos tiempos, especialmente con Moha (49’) y Lucas Rosa (51’).
Con este son ya 11 partidos (de 16) en los que el equipo blanquiazul no recibe ningún tanto.
El balón parado, nota positiva
Si en las jornadas anteriores mencionábamos el balón parado por la dificultad que estaba teniendo el Dépor para aprovecharlo, contra el Promesas sí pudo sacar rédito. El 3-0 llegó así. En una acción de pizarra, Mario Soriano sentenció el partido. ¿Cómo lo hizo? 3 frames para explicarlo.
Pero más allá de esa acción, el Dépor también generó peligro en otros dos córners. A los 15’, Miku cabeceó un buen envío de Juergen y obligó a Samu Casado a intervenir. Y en el rechace, Granero remató por encima de la portería. El propio central valenciano tendría también otra buena oportunidad más tarde, desde el otro perfil, de cabeza, aunque no consiguió contactar bien con el balón.