El Dépor encadenó este sábado en A Malata su segundo empate consecutivo (0-0). Sin embargo, el resto de resultados de la jornada han propiciado que el equipo de Borja Jiménez amplíe su ventaja con los perseguidores. Repasamos en varios apuntes lo más destacado.
1-4-2-3-1 y vuelta de William al once
De entrada, el Deportivo se ordenó en un 1-4-2-3-1 -igual que el Racing-, con Juergen actuando como mediapunta, por delante de Álex Bergantiños y Diego Villares. La única novedad en cuanto a nombres, estuvo en la banda izquierda: Menudo, titular en la jornada anterior, dejó su sitio a William de Camargo -muy activo en el arranque-.
Lógicamente, ese cambio de dibujo, propició también una salida de balón distinta -o, al menos, con variantes-. Inicialmente, el Dépor alternó los momentos donde salía a través de los centrales -con Álex y Villares cerca- y los momentos donde el capitán retrasaba posición -o incluso lateralizaba en izquierda-, formando línea de tres con Lapeña y Jaime. En otras, Ian Mackay buscaba en largo.
Modificaciones y leve mejoría
A lo largo del partido, el Dépor no estuvo cómodo. Cristóbal Parralo supo desactivar su juego provocando que el equipo coruñés no tuviera la suficiente claridad ni fluidez con balón por dentro. En banda, tanto Pumar como Loureiro apenas permitieron centros ni arrancadas de quienes aparecían por su área de influencia. Pero poniendo el foco en el inicio, alrededor del minuto 15, hubo un tramo donde el Racing empezó a acumular llegadas claras.
Consciente de que el Dépor no estaba bien en la construcción, Borja Jiménez reaccionó desde el banquillo: intercambió las posiciones de Juergen y Villares; acercó al cafetero a la base de la jugada. Desde ahí, el ex de la Ponfe se mostró más participativo y, en ese momento del encuentro, el equipo blanquiazul pudo construir con mejor criterio. Aunque breve, fue el mejor rato de los de Borja Jiménez en A Malata. Y así lo confirmaron el cabezazo de Quiles, su acción personal y la ocasión de Miku, prácticamente las únicas oportunidades del Dépor en el partido. Antes del paso por vestuarios, hubo otra variación: Villares retrasó su posición y se situó ya como un interior más (1-4-3-3).
Yeremay al verde y 1-4-4-2
En el segundo tiempo, Borja Jiménez mantuvo la apuesta, pero con el chairego como interior derecho y con Juergen como interior izquierdo, a pierna natural ambos. El plan seguía sin cuajar, el Dépor era demasiado previsible; y en el 61’, Yeremay Hernández (2002), uno de los nombres propios de la semana, entró sustituyendo a Villares. El canario disputó así sus primeros minutos en Primera RFEF, y lo hizo en la banda izquierda.
Su entrada significó un nuevo cambio de dibujo: del 1-4-3-3 al 1-4-4-2, con Quiles acompañando a Miku y William ubicándose como extremo derecho. Pero ni así pudo encontrar su mejor versión el Dépor; Yeremay lo intentó, encaró a su par en numerosas ocasiones, se asoció con Héctor, y generó, pero sin concretar. No era el día en ataque.
Menos control en las transiciones defensivas
Si antes destacábamos el plan de Cristóbal Parralo sin balón, su “después” era obvio: el técnico andaluz quería que su Racing corriese. Robar y salir. Buscar las transiciones. En las jornadas anteriores, destacábamos el buen hacer del Dépor en ese contexto; lo rápido que replegaba y se ordenaba el equipo coruñés tras pérdida. En Ferrol no fue así, sino todo lo contrario: probablemente, el partido donde el Dépor más sufrió en ese aspecto. Y ahí, a nivel individual, tuvo mucho que ver Dani Nieto. El mallorquín, ubicado como mediapunta, fue el conductor de los ataques del Racing, su mejor argumento ofensivo.
El balón parado, desaprovechado
Igual que ante el Bilbao Athletic, el Deportivo volvió a desaprovechar el balón parado. Es cierto que el Racing acumula centímetros para ese tipo de acciones con Yeferson Quintana (1’93), Joselu (1’88) o Nathan -en el segundo tiempo- (1’90), pero el equipo coruñés no supo sacar rédito. A lo largo del partido, el equipo de Borja Jiménez sirvió al área 9 córners y 4 faltas laterales. Y solo inquietó en dos: en el cabezazo de Quiles (33’) y en el remate alto de Lapeña (74’).
En más de una acción, los envíos de Juergen fueron directamente a las manos del meta local Gazzaniga. Una situación que le valió al Racing para salir también a la contra; como en la jugada del 28’, donde Alayeto no acierta a finalizar una buena transición de su equipo, iniciada en velocidad por Miguel Loureiro.
Desde el gol de Miku ante el Sanse (en la jornada 8), el Deportivo no ha vuelto a marcar a balón parado. También ahí tiene margen de mejora.
La normalidad de Ian Mackay
No pilla a nadie por sorpresa que Ian Mackay dé puntos a su equipo en la Primera RFEF. Sin tanto protagonismo en los partidos anteriores, en su regreso a A Malata, el portero de O Ventorrillo volvió a ser determinante; tuvo dos intervenciones destacadas. En la primera, al desviar un disparo de Dani Nieto dentro del área (15’). Y justo después, en el córner, al despejar de puños un remate durísimo de Pumar desde la frontal. La normalidad -y la capacidad de concentración- de Ian: estar preparado para aparecer en el momento justo.