Cuarta victoria consecutiva para el Dépor, que sigue en lo más alto de la tabla en la Primera RFEF. El equipo de Borja Jiménez derrotó a domicilio a un rival directo como el Rayo Majadahonda (1-2). Repasamos en varios apuntes lo más destacado.
Primera titularidad de Aguirre y vuelta al 1-4-3-3
Aunque en verano tenía muchas papeletas para convertirse en un hombre importante, no fue hasta esta jornada 13 cuando Diego Aguirre se estrenó como titular con el Dépor. Y en El Cerro del Espino, el lateral toledano no decepcionó. Pese a que empezó el encuentro con muchas dificultades en defensa, siendo superado por Borja González o Mawi, acabó rindiendo a un gran nivel y prodigándose en ataque. La suya fue la única novedad en el once, junto a la entrada de Quiles por William de Camargo. Los otros nueve protagonistas repitieron con respecto a Las Gaunas.
Además, hubo otra variación táctica: el dibujo. El Deportivo abandonó el 1-5-4-1 con el que visitó a la UD Logroñés y recuperó el 1-4-3-3. Inicialmente, con Villares como pivote y Juergen y Álex en los interiores. Igual que tantas otras veces, en fase de iniciación, el colombiano y el coruñés lateralizaban su posición para que Aguirre y Víctor García pudiesen aparecer más arriba.
En fase defensiva, el Dépor empezó ordenándose en 1-4-4-2, con Juergen y Miku permitiendo los primeros pases, pero saltando sobre centrales. Alrededor del 20’, ya con 1-1 en el marcador, Borja corrigió, el Rayo estaba encontrando muchos espacios, ya solo por la superioridad numérica (Bernal se incrustaba entre centrales). Así que retrasó a Juergen, y dejó la primera línea de presión para los tres de arriba (Doncel-Miku-Quiles).
El intervencionismo habitual de Borja Jiménez
Justo después del 1-2, en el 34’, Borja Jiménez intercambió las posiciones de Álex Bergantiños y Diego Villares. El capitán pasó a actuar como pivote, dejando el interior derecho para el chairego. No sería su última variación. En el inicio del segundo tiempo, el de la Sagrada Familia se convirtió en un central más y el Dépor formó con 3 atrás (1-5-4-1). Ya en el 83’, Trigueros reemplazó a Villares y el equipo blanquiazul terminó el partido con: Mackay; Víctor García, Lapeña, Trigueros, Jaime, Aguirre; Menudo, Álex, Juergen, Soriano; Noel.
Más producción ofensiva que en Logroño
En Majadahonda, el Dépor fue capaz de generar más ocasiones que en la anterior salida. Y, sobre todo, de diferentes maneras. El equipo coruñés creó peligro con disparos de media distancia (Elitim 21’ y 25’), tras varios robos altos (Doncel 33’ y 40’), a balón parado (Miku cabeceó al lateral de la red un córner botado por Juergen en el 38’), en centros laterales (como el de Aguirre para Quiles en el 46’), en acciones personales… Su caudal ofensivo fue más amplio que los 2 goles de Quiles y Miku.
Prohibido rematar
Casi todas esas acciones en área rival se produjeron en el primer tiempo. En el segundo, Borja Jiménez optó por el control. Y no le salió mal. Raúl Sánchez (63’) a balón parado, Borja González (86’) con un disparo desde 40 metros y Mario en la última acción del partido gozaron prácticamente de las únicas ocasiones del Rayo. Si hacemos extensible la radiografía al primer tiempo, además del gol en propia de Jaime Sánchez, el Rayo tuvo otra clarísima con Bernal, que no remató bien. Y un disparo durísimo de media distancia de Bastos. Poco más. El Dépor supo defender su área y también fuera de ella, algo que avalan los datos: ya es el segundo equipo del grupo 1 que menos remates en contra concede (107), solo superado por el Racing de Santander (101)*.
Por ponerle algún pero al gran segundo tiempo del equipo en un campo complicadísimo, rescato la frase de Borja Jiménez en rueda de prensa: “Tenemos que sacar más transiciones”, expresó. Hay margen de mejora en ese contexto de repliegue y posesión del rival para salir mejor tras robo y amenazar.
Juergen, la brújula
A nivel individual, dos nombres sobresalieron por encima del resto. El primero de ellos: Juergen Elitim (1999). Inicialmente se ubicó como interior izquierdo, luego, en el segundo tiempo, formó doble pivote con Villares y -más tarde- con Álex. “Parece que lleva 20 años de carrera y tiene 22 años de vida”, declaró el bueno de Matías Palacios en su narración. Y estaba en lo cierto, semejaba un veterano. El centrocampista cafetero completó en Madrid uno de sus mejores partidos desde que viste de azul y blanco.
Regular durante todo el partido, entendió cuando jugar en largo y cuando hacerlo en corto, cuando conducir y cuando soltarla (61 pases, de 69, con éxito)**. Sin balón, fue capital en la presión y robó varias pelotas en tres cuartos. Incluso estuvo cerca de sumar una asistencia más a balón parado (en el córner que Miku cabeceó al lateral de la red). Ante el Rayo, Juergen fue la brújula del Dépor, el que señalaba el norte.
El poderío físico de Víctor García
El otro nombre fue el de Víctor García. El ex del Fabril cuenta con unas condiciones físicas diferenciales, tiene la capacidad de repetir esfuerzos constantemente, y en El Cerro lo volvió a demostrar. Asentado ya como lateral derecho, destacó en defensa y en ataque. Serio sin balón, cerrando su banda, se incorporó desde atrás exhibiendo potencia y verticalidad, fue el mayor foco de peligro del Dépor a nivel ofensivo. Y firmó el centro del 0-1. Vaya crecimiento ha protagonizado en el último mes.
*Dato de WyScout
**Dato de Driblab