Querer y no poder. El Deportivo volvió a decepcionar y suma una nueva derrota en su casillero. En esta ocasión, un Girona con más criterio en ataque se impuso a un conjunto gallego que de nuevo padeció falta de claridad en ataque. Los de Pablo Machín gestionaron mejor sus llegadas al área y aprovecharon las lagunas defensivas del rival.
En la primera parte, los locales tuvieron un comienzo algo frío y los catalanes gozaron de más posesión. Poco a poco se fueron haciendo con el partido los de Mel, pero un riguroso penalti de Albentosa inclinaba la balanza para los visitantes. El central, señalado por la afición durante todo el encuentro, estallaba tras no considerar sancionable ese ligero agarrón. Se avecinaba tormenta en A Coruña.
La segunda mitad comenzaba bien y Lucas, de nuevo de pena máxima tras una dudosa acción con Ramalho, ponía las tablas con un fuerte golpeo. Gil Manzano seguía siendo protagonista y volvía a tomar una decisión polémica. Riazor se preparaba para una remontada similar a la del encuentro ante el Getafe. Sin embargo, Portu silenció el feudo deportivista en el minuto 70 con una gran jugada colectiva. Fantástica dejada de Kayode para que el centrocampista pusiera el 1-2.
Llegó alguna ocasión en los minutos finales, pero el empuje y el alma se imponían a la paciencia y la claridad. Incluso el Girona pudo sentenciar con varias acciones de peligro. Pepe Mel en el punto de mira y el Deportivo que no termina de arrancar en esta liga.




