La afición del Deportivo vivió una verdadera fiesta en El Molinón. Después de varias semanas sin conseguir la victoria a domicilio, los de Natxo González consiguieron doblegar al Sporting de Gijón en el que ya es considerado «el derbi del norte». Primero fue Álex Bergantiños y después Christian Santos, los que conseguirían adelantar a los herculinos en dos ocasiones para que los tres puntos viajasen a Coruña.
Conscientes de lo importante que era llevarse la victoria en este encuentro (aunque es algo que hacen en todas las salidas), la afición del Deportivo se desplazó en masa para teñir de blanquiazul las gradas de El Molinón. Sin parar de animar en ningún momento del partido, finalmente se llevaron la recompensa merecida.
Con el pitido final, los jugadores se dirigieron al fondo de la hinchada deportivista para agradecerles el apoyo. Pero no fue suficiente, cuando ya se habían ido al vestuario, reclamaron su presencia de nuevo. Y así fue como volvieron a salir para celebrar con los aficionados el triunfo y volver a darles las gracias por estar ahí.