Continúa el conflicto en Primera Federación entre gran parte de los clubs que componen la competición y la propia RFEF. Desde el organismo que preside Luis Rubiales se había dado 48 horas para aprobar el nuevo modelo de gestión, pero la respuesta de algunos clubs ha sido la de pedir más tiempo, así como poner algunas condiciones imprescindibles para avanzar: «No nos parece viable la imposición de modelos que coartan nuestra libertad de obrar o la firma de cheques en blanco«.
Para empezar, afean a la RFEF la urgencia en los plazos: «Consideramos que el plazo de tiempo otorgado para la contestación es demasiado breve, máxime cuando se trata de una cuestión de vital importancia para los clubs que componen la Primera Federación. En un plazo de 48 horas es muy difícil, cuando no imposible en algunos casos por limitaciones estatutarias, convocar a los diferentes órganos de gobierno de nuestras entidades para adoptar una decisión colegiada y consensuada».
Resaltan una vez más que el problema nunca ha sido el control económico: «Negamos rotundamente que los 18 clubs que firmamos la carta el 26 de enero estemos en contra del control económico de la competición. Al contrario, lo hemos solicitado reiteradamente desde la creación de la categoría, reconocido incluso por el propio Presidente de la RFEF en la última reunión».
Para estos clubs, la clave está en la implicación de la propia Federación y las renuncias que les piden hacer: «Nuestra oposición a la propuesta relativa al proceso de aprobación del convenio colectivo, pues, aunque nos parece adecuada y razonable que su aprobación se lleve a cabo por los agentes sociales competentes (patronal y sindical), ponemos en cuestión que la RFEF se convierta en un agente activo y dinamizador del proceso, pues carece de toda representatividad a estos efectos (…) No nos parece viable la imposición de modelos que coartan nuestra libertad de obrar, o la firma de cheques en blanco para que se nos impongan reglamentaciones no acordes con la actual normativa federativa».