Luis César afronta su séptimo partido en el banquillo del Deportivo sin todavía saber lo que es ganar. Para poner solución a ello, el técnico demostró en la rueda de prensa previa al duelo con el Alcorcón tener como obsesión mejorar en defensa: «Lo que nos hace sufrir son los 29 goles en contra. Nosotros somos los responsables de nuestro sufrimiento porque estamos mal clasificados y eso tiene que ver con los tantos en contra. Llevamos encajados los goles que habría que llevar en la jornada 30. Ese es nuestro mal«.
El preparador deportivista reparte las culpas de eso: «El entrenador, los delanteros, los medios… todos somos responsables cuando se encajan goles y cuando se marcan. Es como si un equipo de baloncesto encaja 150 puntos por partido. No vas a culpar al base porque no tira bien. Con estos goles en contra no vamos a ningún lado. Estamos en la 16, nuestro equipo no puede llegar a la jornada 32 con 58 goles en contra. Si llegamos con esos goles, estamos descendidos«.
Luis César matizó las palabras sobre una posible revolución y aseguró que no fue fruto de un calentón por la derrota ante el Extremadura:» «Interpreto lo que sucede en cada partido desde hace semanas y me planteo posibles escenarios. Siendo previsor, calculador. Tenía meditado y pensado lo que dije. Hay que ser tenaz, nunca intentar las cosas menos de tres veces, pero después no ser eterno e intentarlo más de seis o siete veces. El Dépor no gana y tenemos que buscar la solución».
No quiso revelar en qué consistirá el cambio de sistema, señalando que eso es lo de menos: «Es más importante la misión de los jugadores. Los delanteros son los primeros defensas, hay que apretar, no hay medias tintas. El partido para los delanteros no es de 90 minutos, es de 70 y tienen que vaciarse en esos minutos. Después entrarán otros. Es mentira que queda mucha Liga, Cada vez queda menos».
El ambiente de Riazor
El técnico sabe que el ambiente en el entorno deportivista es tenso, pero sabe que está en sus manos cambiarlo: «Los responsables del sufrimiento de esa gente que pita somos nosotros. Tolerarlo forma parte de nuestro oficio y nuestro sueldo. Si pitan, hacen bien. A mí me gustaría ver un Riazor lleno, con el equipo, pero no hemos trabajado para un Riazor lleno. Para llenarlo hay que darles puntos y juego».
Terminó hablando sobre la tensión en el vestuario de la que habló Dani Giménez: «No pasó absolutamente nada grave, más allá de que la gente estaba enfadada, crispada. La solución es fácil. Enfadados es como tenemos que llegar al campo, y luego salir contentos«.