Manu Sánchez, entrenador del Deportivo ABANCA, analizó en rueda de prensa cómo ha sido el inicio de Liga para su equipo, que suma dos victorias consecutivas. «No creo que ninguno de nosotros o nosotras soñásemos algo así. Sabíamos que iba a ser difícil y lo va a ser. Estamos superando todas las expectativas», reconoció en la sala de prensa de Riazor.
De hecho, se basa en el trabajo diario. «Siempre le digo a las chicas que no miro la clasificación, es anecdótico. Hay que ser realistas, pero para ellas es un orgullo y tienen que disfrutarlo».
Un de las cosas que destaca de su equipo, es la ilusión con la que trabajan en el día a día. «Creo que, en el día a día, hoy mismo entrenando, que Lucía (Piñeiro, la prepadora física) les ha dado una buena paliza… ni así se borran las sonrisas de la cara, es nuestro mayor valor, sobre el trabajo y el talento que haya«.
Y también esa madurez que demuestra el equipo, aunque alabando el estreno en Abegondo. «De estas chicas me sorprende casi todo. Es una alegría trabajar con ellas cada día y ver el rendimiento que dan cada fin de semana. El día del Espanyol, más que su madurez, fue la gente. No olvidaré el momento del gol, tembló todo Abegondo y despertó la ilusión de las jugadoras«.
«En Sevilla el equipo creyó más en lo que es capaz de hacer, cambió el chip de la primera parte a la segunda, donde ellas eran superiores en los balones por arriba. Teníamos claro que es otra idea. Nos está sorprendiendo esa capacidad mental, esa madurez. A ver qué capacidad de reacción tienen cuando lleguen los malos resultados», añadió.
Para Manu Sánchez, el estilo de su equipo es innegociable. «Creo que sería un pecado por mi parte renunciar al balón y entrar en una batalla al cuerpo a cuerpo teniendo jugadoras con talento como Teresa, Alba o Kika. Esta es la manera que nos ha traído hasta aquí, ellas creen ciegamente en eso y no debemos traicionarnos«.
A la hora de analizar al Granadilla, próximo rival, apuntó que es «un rival al que ya sufrimos, aquí mismo precisamente (Riazor). En ese sentido, la motivación no va a ser necesaria. Vamos a apelar al orgullo de las futbolistas, que sienten este escudo. Saben que el Granadilla vino aquí y se llevo nuestra Torre (el Trofeo Teresa Herrera) y vamos a intentar recuperarla virtualmente«. Añadió que «con el cambio de entrenador hay nuevas rutinas de funcionamiento y el propio modelo de juego. Les costará un poco adaptarse y esperemos que tarde una semana más en arrancar».
La derrota en el Teresa Herrera se convirtió en un «aviso fundamental en nuestra pretemporada. Desde el cuerpo técnico y la dirección deportiva sabíamos que la gran diferencia con el año pasado iba a estar en el plano físico. Estamos convencidos de que el talento y las virtudes de nuestras jugadoras son propias de esta categoría. Con toda humildad creo que se está viendo. Nos estaba costando transmitirles esa distancia física a las jugadoras y pienso que fue una bofetada de realidad para ellas. A partir de ahí, con el trabajo de Lucía y otros trabajadores del club como Nacho y Nando estamos reduciendo esa distancia y deberíamos verlo el domingo«.