Unas horas después de que la directiva del Deportivo presentase su dimisión en bloque y convocase elecciones, el miembro de la plantilla elegido para ofrecer el sentir del vestuario fue Mollejo. El atacante, de 18 años y que llegó cedido en verano, analizó la delicada situación del club: «Estamos fastidiados de verdad, hay pocos motivos para tener ilusión y ganas de seguir, pero es lo mínimo. Estamos igual de fastidiados que todos, incluso más porque lo vivimos desde dentro. Cuando vas a trabajar piensas en irte contento con tu trabajo y llevamos 18 jornadas seguidas yéndonos a casa sin esa sensación. Pero si perdemos la ilusión, nos podemos ir ya. Tenemos que seguir trabajando y creer los unos en los otros».
El canterano del Atlético explicó cómo vivió la renuncia de Paco Zas: «Nosotros estamos aquí para jugar al fútbol. Intentamos aislarnos. Obviamente nos hacemos eco de la situación porque tenemos gran parte de culpa. Hacemos autocrítica porque si los resultados fuesen mejores no se daría esto. El club nos ha avisado esta mañana, pero yo intento estar al tanto de todo y evidentemente me enteré ayer (lunes). Era algo que podía pasar. El club no está bien y era algo que podía pasar«.
Entiende que no están para venderle nada a nadie, pero sigue creyendo en la permanencia y afirma que los primeros que tienen que comprar la esperanza son los propios jugadores: «Claro que es difícil convencer a los que ya han perdido la fe. Pero tampoco nos tenemos que preocupar de eso. Hay que preocuparse de convencernos a nosotros mismos. A partir de ahí iremos convenciendo a la gente con victorias y buen juego. Entendemos que estén cabizbajos y no quieran seguir al equipo. Pero lo importante es convencernos a nosotros mismos».
Mollejo, comprometido hasta el final
A las puertas de un mercado de invierno en el que se espera una revolución de la plantilla, Mollejo da un paso al frente para anunciar que él no se baja: «Tomé una decisión en verano y voy con ella a muerte. He venido a un club histórico, un club en el que en la vida pensaría poder formar parte de su primer equipo con 18 años. Estoy muy contento de estar aquí. En las buenas y en las malas. Tomé la decisión, no pensé que esto iba a ser así, pero ahora es cuando se ve a las personas. En los momentos positivos, cuando el objetivo es el ascenso, es muy fácil venir. Pero ahora en las malas, cuando el objetivo es salvarse, también hay que estar orgulloso de donde uno está y el escudo que defiendes. En ningún momento se me ha pasado por la cabeza irme. Estaré aquí hasta cuando pone mi contrato y voy a luchar como si fuese el club de mi vida«.