Protagonismo para Manuel Pablo en la columna de Eduardo Caridad. Un homenaje al ‘viejo rockero’ de la banda derecha, que acaba de demostrar que también sabe de qué va eso de ser central.
Anda, quédate un añito más con nosotros. Soy de los que se llevaría una gran alegría si Manuel Pablo celebrase sus 39 ‘castañas’ en Riazor. Tras dieciséis temporadas y más de cuatrocientos encuentros, se merece una última campaña en Primera División.
A veces tiendo a la mitomanía. Lo reconozco. Ver a ‘Il Due’ sobre el césped en el año 2014, con la blanquiazul, me retrotrae a épocas de mayor gloria, cuando nos codeábamos con equipos que parecían inalcanzables, que solo veíamos por la tele, o en el Teresa Herrera… Él va a ser el último en cerrar el bar de aquellos grandes jugadores. Se ha querido tomar la última con nosotros antes de ‘chapar’, pero yo espero que sea la penúltima.
Jugadores como él trascienden el concepto meramente futbolístico si nos centramos en el concepto actual del Deportivo. Me explico. Los jóvenes ven en él a una figura a la que emular y admirar cuando llegan al primer equipo (ya sea desde fuera o desde los equipos de la cantera). Algo parecido se puede decir de los rivales. Si algo he aprendido acerca del fútbol es que los símbolos son intocables. Ver a MP con el brazalete es sinónimo de respeto. Cualquiera en el campo sabe quién es y qué ha hecho en este deporte. Incluso los árbitros. Y eso pesa.
Por supuesto que ya no es aquel lateral por el que Florentino Pérez ofreció un cheque en blanco a Lendoiro no hace tantos años, pero mantiene el nivel más que dignamente y no hace falta decir que conoce muy bien su oficio. Recuerdo que le pregunté una vez al ex presi, en privado, que si no se había arrepentido de no venderlo al Madrid, sobre todo si tenemos en cuenta que poco después se lesionaría de gravedad. Confieso que lo quería pillar, ver si lo cogía en un renuncio. Su ‘no’ fue rotundo. Creo que los futbolistas por los que más cariño ha sentido Lendoiro son Valerón, en primer término (y a pesar de su salida), y Manuel Pablo.
Lateral derecho, izquierdo, central… Fernando Vázquez se frota las manos por tener un jugador como él en la plantilla en la temporada en la que todo apunta a que el Deportivo regresará a Primera. Y allí es donde, creo, merece despedirse Manuel Pablo. Su gravísima lesión le robó muchos meses de fútbol. Es justo que se los cobre. Quédate un añito más. Y date el gustazo de retirarte a lo grande y entre los grandes.