Sara Gallego reflexiona sobre la pertinencia del parón en la Primera Federación Femenina y el tiempo que el Dépor Abanca tendrá para sobreponerse a la primera derrota de la temporada.
Este domingo no habrá Dépor Abanca. No nos enfundaremos las camisetas de Cris, Ainhoa o Patri y no rodará la pelota en Abegondo. La Primera Federación Femenina se pausa con solo 4 fechas disputadas debido a los compromisos de selecciones. Y el fin de semana se nos hará eterno.
Se dice, en esto del fútbol, que los parones nunca llegan en buen momento. Si el equipo viene de ganar, porque corta la buena dinámica. Si viene de perder, porque es mejor jugar pronto para resarcirse cuanto antes. El Deportivo viene de caer en Extremadura. Una derrota, además, dolorosa: el conjunto de Ferreras no se encontró a sí mismo sobre el césped (sintético) y cayó por 4-0 ante el Cacereño.
En condiciones normales, el lunes después de una derrota se le da vueltas al asunto, pero el martes ya se piensa en la próxima jornada. Salvo que haya parón. Entonces los fantasmas del último encuentro rondan nuestras cabezas un par de días más. Insisten, porque la siguiente cita nos queda muy lejos en el calendario y, aunque tratemos de focalizarnos en ello, es mucho más complicado sin una referencia a corto plazo.
También se dice, como tópico, que los fines de semana libres sirven para «limpiar la cabeza» después de perder. Es posible, pero yo no creo que haya cabezas que limpiar en el Depor Abanca. El partido de la semana pasada fue un mal día en la oficina, uno de los varios accidentes que te pasan a lo largo del año. Si tuviese que adivinar, diría que las deportivistas (y el deportivismo) darían lo que fuese por vestirse de corto este domingo. Para tratar de reencontrarse y volver a sumar 3 puntos lo antes posible.
Pero toca descanso y hay que buscar alternativas. El fútbol masculino está ahí, por supuesto. Y el Deportivo de Borja Jiménez, también. Pero si queremos disfrutar de fútbol femenino con cierto sabor blanquiazul, tenemos que recurrir a nuestras ex.
Tere Abelleira, Athenea del Castillo, Misa Rodríguez, Nuria Rábano y María Méndez forman parte de la convocatoria de la Selección española más deportivista de la historia. Las madridistas (Abelleira, Athenea y Misa) son habituales en las listas de Jorge Vilda e incluso fueron a la Eurocopa este pasado verano. Para Méndez y Rábano, es su primera comparecencia con la absoluta. En el caso de la asturiana, la convocatoria llega tras haberse convertido en referente y capitana del Levante, pese a su juventud (21 años) y en solo 3 temporadas. Para Nuria, supone otro paso adelante después de su fichaje por el FC Barcelona el pasado mercado.
Es cierto que la llamada, al menos en estos dos últimos casos, es circunstancial tras la renuncia de 15 compañeras hasta que no se cambien (o se mejoren) ciertos métodos de trabajo y convivencia en el combinado nacional. Pero también es una realidad que, tanto una como otra, llevan tiempo llamando a la puerta de un equipo al que pertenecen por el nivel mostrado en las últimas campañas.
Desde A Coruña, y pese al ruido alrededor de este parón de selecciones, las miramos con una mezcla de nostalgia y orgullo. Porque algunas son nuestras, forjadas y descubiertas aquí. A otras, pese a que llegaron de fuera, les ayudamos a dar el salto al máximo nivel. Y todas, de vez en cuando, siguen recordando su etapa en el Dépor. Porque bajo esa camiseta roja que ahora defienden, aún quedan rastros de las franjas blanquiazules que tanto nos hicieron disfrutar. Y eso nos emociona.
Al menos, en este odioso parón que nos corta el ritmo del inicio de curso, ellas siguen ahí para ayudarnos a sobrellevarlo.