Pocas cosas hay seguras en esta vida, y la continuidad de Óscar Gilsanz al frente del banquillo del Deportivo no es una de ellas. El betanceiro termina contrato al final de esta temporada y por el momento aún no se conoce ningún avance sobre su posible renovación. El míster fue dando largas a las preguntas sobre su continuidad en las últimas semanas y, a falta de un solo partido para el final de la competición, aseguró que las charlas con el club sobre este tema no comenzarán hasta el final de la Liga.
Contra el Elche dirigirá su trigésimo partido liguero con el primer equipo en un trayecto que valoró, en rueda de prensa, como «muy positivo» para él. En su primera experiencia en el fútbol profesional logró el objetivo de salvar al club para estabilizar en la categoría a un recién ascendido. A pesar de ello, deja tanto las valoraciones como las conversaciones sobre su futuro para cuando se termine por completo la competición.
«Hasta la semana que viene no vamos a hablar nada. Yo no me planteo ningún plazo, estoy centrado en el equipo hasta el domingo. A partir de ahí empezaremos a mirar. Hablamos diariamente de temas de club de esta temporada y situaciones de la próxima sin abordar ninguna con respecto de la figura del entrenador«, explicó Gilsanz.
Esta incertidumbre siembra la duda de que pueda ser su último partido en el banquillo de Riazor. La volatilidad del puesto no influye en el trabajo que deben ejercer los entrenadores. Para el míster, se tiene que trabajar con el pensamiento de que se va a estar toda la vida en el club, independientemente de lo que pueda pasar en el futuro.
«No tengo ni idea de si es mi último partido en Riazor. Uno tiene que trabajar en el club pensando que va a estar toda la vida, aunque te puedas ir mañana. La figura del entrenador hoy puede estar y mañana no», destacó.
El domingo puede ser su última vez en Riazor, pero Gilsanz se aleja de los focos. Manteniéndose en un segundo plano y dándole la importancia a jugadores importantes que se despiden vivirá el entrenador este último partido de Liga.
«No me gusta acaparar, porque el entrenador tiene que estar en el segundo plano. Los jugadores son lo importante. Nos tenemos que quedar con el poso que dejan futbolistas importantes más allá de los minutos. Es bueno que se reconozca esa profesionalidad de los futbolistas que van a dejar el club. Yo soy menos importante para lo que pueda pasar. No me planteo esas situaciones porque cuando pase el domingo se van a dilucidar«, recordó.
Aún con eso, quiso poner en valor la figura del entrenador, muchas veces minusvalorada desde fuera: «Los entrenadores somos menos importantes de lo que pensamos, pero más de lo que piensa la gente».
Disfrutar como si fuera el último día
Sin la seguridad de su continuidad afrontará esta última jornada Óscar Gilsanz desde el banquillo. Con la idea del carpe diem más que presente disfruta cada momento en Riazor y entrenando al Deportivo. A pesar de llevar haciéndolo desde el primer día, dejó claro que le gustaría hacerlo más.
«Desde el primer día siempre intento disfrutar al máximo estas cosas, es la manera de que nos vayan quedando las imágenes en nuestra retina. Intento disfrutar al máximo, también fuera de casa en escenarios importantes con el equipo a buen nivel. De Riazor siempre disfruto. Tengo esa fortuna de poder estar disfrutando de esos partidos como máximo responsable del plantel. Lo voy a disfrutar, pero me gustaría hacerlo más«, concluyó.