El 27 de junio estará siempre marcado en rojo en el calendario deportivista. Hace 22 años, en 1995, el Deportivo lograba en una final muy especial -se disputó en dos actos- su primer título oficial al levantar la Copa del Rey imponiéndose por 2-1 al Valencia, que la temporada anterior había impedido que los de Arsenio Iglesias ganaran la Liga con el famoso penalti de Djukic.
En un duelo que comenzó el sábado y terminó el martes debido al diluvio universal que cayó sobre el Santiago Bernabéu y que obligó a suspender el partido en el minuto 79, los blanquiazules fueron capaces de hacer historia. Javier Manjarín, acompañante de Bebeto en la punta del ataque, había adelantado al Dépor en la primera parte aprovechando un error defensivo pero ya cuando la lluvia empezaba a caer con fuerza sobre la capital, un libre directo ejecutado por Pedja Mijatovic supuso el empate.
En once minutos, Dépor y Valencia se jugarían la final o la mandarían a la prórroga. En el 83, solo cuatro minutos después de la reanudación, emergió Alfredo Santaelena para sorprender con un remate de cabeza en el que se adelantó a Zubizarreta -que le sacaba 18 centímetros- y provocó el delirio herculino.
Aquel partido supondría también el adiós de Arsenio Iglesias al banquillo blanquiazul, que abandonó para dejar paso a John Benjamin Toshack tras un total de 508 partidos repartidos en 14 temporadas y cuatro etapas distintas.