Después del gol fantasma de Nelson Oliveira en el partido frente al Granada, dos de nuestros redactores, Antonio Bellot y Manuel Laya, debaten sobre si se debería utilizar la tecnología en el fútbol para evitar estas cuestiones.
El potente disparo de Nelson Oliveira en la segunda parte del encuentro ante el Granada de la pasada jornada rebotó en el larguero y botó dentro de la portería de Toño. No obstante, los colegiados no se percataron de que el esférico había entrado por completo y el tanto no subió al marcador. La televisión posteriormente evidenció el gol del portugués. Chips, cámaras, jueces de área… son muchos los mecanismos que se han planteado FIFA y UEFA al respecto para que no pasen estas incidencias, pero todavía siguen ocurriendo. ¿Se debe usar la tecnología en el fútbol? Dos de nuestros redactores, Antonio Bellot y Manuel Laya, nos dan su opinión y debaten sobre este particular.
SÍ
ANTONIO BELLOT
La necesidad de incorporar tecnología en las decisiones arbitrales radica en ampliar un término necesario en esto de las competiciones deportivas: la justicia. ¿Quién no recuerda el primer penalti contra el Sporting de Gijón, jugándose el Dépor el descenso hace dos temporadas o el gol fantasma de Nelson Oliveira de la pasada jornada? La historia hubiese podido ser distinta si se dispusiese de los mecanismos necesarios para poder mostrar la verdadera realidad.
Cierto es que esto podría llevar a un ralentizamiento del juego en determinados momentos, pero regulándolo de la manera adecuada no influiría de una manera determinante. Lo lógico sería seguir la estela del tenis con el ojo de halcón. Cada equipo dispondría de un número reducido de reclamaciones. Yo, personalmente, apostaría por una petición por equipo y partido, asegurando así que no se detenga el juego en repetidas ocasiones.
Existe la suficiente tecnología como para saber si un balón ha entrado o no, si una falta es dentro del área o fuera o si un penalti es justo. La norma a seguir en caso de duda sería la dictada por el reglamento: dejar seguir el partido. Bote neutral y a continuar jugando. Tan sencillo como eso. De este modo se evitarían muchas de las injusticias que ha habido en el mundo del fútbol. Si el penalti de Gijón no se hubiese pitado gracias a la tecnología puede que la temporada pasada el Dépor no hubiera jugado en Segunda División. Hay que ser conscientes de la necesidad de impartir justicia en la competición deportiva ya que los árbitros, como todos los seres humanos, alguna vez se equivocan.
NO
MANUEL LAYA
Siempre nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, de la tecnología cuando nuestro equipo sale perjudicado, pero cuando los errores arbitrales nos favorecen todos hacemos la vista gorda y nos alegramos de que el trencilla no hubiera estado acertado. Sin duda da rabia observar injusticias en el deporte pero es la sal de este deporte que semana a semana ve como algún pillo se aprovecha de situaciones ventajosas o le quitan su momento de gloria como a Oliveira en Granada.
Pero tengamos en cuenta también otros inconvenientes a la hora de aplicar la tecnología al fútbol. ¿Estaríamos parando un partido cada vez que hubiera una jugada polémica? Uno o dos minutos el encuentro detenido para que unos jueces determinaran si es válida o no una jugada, que muchas veces no se ve clara ni en televisión tras 20 tomas y repeticiones diferentes. ¿Qué opinaría el espectador si le parasen el partido cinco o seis veces por encuentro? Se perdería ese dinamismo e intensidad que ya sufrimos cuando los porteros pierden tiempo al sacar o los jugadores simulan agresiones y entra la camilla a retirarlos. Se para el partido, se revisa, la decisión estaba bien pero se ha parado el partido dos minutos para comprobarlo… ¿La gente realmente quiere eso? Porque en el caso de Oliveira al reclamarse el gol no se podría dejar continuar el encuentro, habría que pararlo sí o sí en ese instante y si el colegiado acierta, ¿se amonestaría a alguien por parar el partido? Además, ¿qué pasaría si en un partido algún dispositivo fallase?, ¿tendría que repetirse todo el encuentro a partir de ese momento? Por no hablar de la discriminación a las categorías inferiores ¿o se va a aplicar la tecnología a todas estas categorías desde prebenjamines hasta la élite del fútbol? Las reglas deben de ser para todos iguales y económicamente no es posible.
Lo mejor es disfrutar de la salsa del fútbol, que a veces te da y a veces te quita. Deben aplicarse los avances para mejorar e igualar el fútbol en campos más necesarios: evitar amaños, profesionalidad arbitral, la corrupción interna, saneamiento de clubes y el reparto igualitario de beneficios. Pero dejar que el fútbol siga siendo fútbol. Si bien, como excepción, he de decir que estoy totalmente de acuerdo en rearbitrar situaciones de dudosa moralidad como jugadores que se tiran buscando penaltis, simulan agresiones o las cometen quedando impunes… Esas acciones debería ser sancionadas duramente para dar ejemplo y promover el fair play en el fútbol pero sin alterar el directo y la emoción del encuentro.
TERMÓMETRO DE LA AFICIÓN:
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