Hay mucha incertidumbre de cara a la que será la segunda temporada en Primera RFEF. Muchos aspectos todavía en el aire. Pero si algo está claro es que no los líos no dejarán de perseguir a esta competición. El mes de Julio se estrenó con uno nuevo, la denuncia del DUX Internacional, uno de los clubs participantes y rival del Deportivo, contra la Federación, Luis Rubiales y Andreu Camps por un presunto delito de prevaricación.
Según apunta el club madrileño en un comunicado, la RFEF «trata de imponer unos requisitos para participar en Primera Federación estando estos pendiente de aprobación por el CSD«.
El DUX Internacional pone en contexto la demanda: «Recordemos que en junio de 2021, la Comisión Delegada de la RFEF acordó la modificación del Reglamento General, habiendo introducido en el artículo 211 los requisitos específicos de participación en Primera Federación, estando dicha modificación pendiente de aprobación por la Comisión Directiva del CSD. La RFEF, consciente de dicha situación y de que hasta que el CSD no apruebe la modificación reglamentaria, estas no pueden entrar en vigor, procede a imponerlas introduciéndolas mediante Bases de Competición en un auténtico fraude de ley, consumando así, presuntamente, un delito de prevaricación».
Medidas cautelares ante unos requisitos profesionales
El DUX Internacional no es el primer club que se queja de los requisitos que la Federación exige para una competición en la que, de momento, los ingresos no han sido los esperados: «En la denuncia presentada (…) solicita que por el Juez se adopten medidas cautelares, entre otras, que dejen en suspenso los requisitos específicos de participación en Primera Federación».
Se refiere el club capitalino, sobre todo, a los requisitos económicos y de avales que tienen que afrontar los equipos: «Son propios de una competición PROFESIONAL, calificación esta que la RFEF se niega a reconocer a la categoría para no desprenderse de su organización, abocando a los clubes a la mayor de las ruinas, máxime cuando no es capaz de comercializar profesionalmente los derechos audiovisuales, recibiendo auténticas minucias si se tienen en cuenta los gastos a los que los clubes se ven inmersos«.