Las cosas no van bien por Gijón y lo que empezaba como una temporada ilusionante ha acabado convirtiéndose en un dolor de cabeza para los rojiblancos. Después de disputar el último playoff de ascenso a Primera División, el club asturiano fichó a Rubén Albés con la intención de repetir la experiencia, pero no ha podido ser. Hundido en la zona baja de la tabla, el equipo ahora dirigido por Asier Garitano afronta el partido ante el Deportivo como «como una final«.
Unas palabras que salen de la boca de Gaspar Campos, atacante sportinguista que ha estado de baja en las últimas semanas. Volverá a la competición ante los coruñeses en un partido donde «tiene que notarse que nos jugamos muchísimo más». Los de Óscar Gilsanz consiguieron la semana pasada la permanencia matemática y por ese mismo camino quieren transitar los del Molinón.
«Somos los primeros que nos damos cuenta de esa frustración que hay», explicó. Una situación que resulta decepcionante para él: «Estar en 3 de los últimos 4 años peleando por la permanencia en Segunda División creo que no es algo que se merece ni el club ni la afición». Cree que a final de curso «habrá que hacer autocrítica y pensar por qué el año pasado fue un buen año y volvemos en este a tener un mal año».
Sin embargo, primero se pone deberes. «Primero debemos salvar la situación de esta temporada y ya en verano habrá tiempo de pensar», subrayó. Para conseguir la permanencia matemática deberían ganar al Dépor y que el Eldense, décimo noveno clasificado, pinche ante el Málaga.
Su vuelta a los terrenos de juego
El partido será especial para el canterano del Sporting, pues no juega en El Molinón desde el 22 de febrero ante el Almería. Desde entonces las suplencias y una lesión le han impedido vestirse de nuevo de corto ante los suyos. «La verdad que lo eché mucho de menos. Al estar fuera tanto tiempo estuve un poco apartado de la situación del equipo al no entrenar con ellos y no viajar y todo, pero bueno, siempre apoyando todo lo que pude desde fuera», concluyó.