Hay futbolistas que levantan a los espectadores de sus asientos. Teresa Abelleira (Poio, 2000) lo está convirtiendo ya en una rutina. Domingo tras domingo. Caños, pases inventados, ruletas marsellesas… El fútbol femenino español aplaude perplejo ante tanto desparpajo. Ella sabe que es una sus mayores promesas, sin embargo, no repara en ello. Y ese, probablemente sea otro de los secretos: a su talento innato suma autoexigencia, y una cabeza perfectamente amueblada. En cada respuesta, Tere demuestra naturalidad, la misma que imprime cada fin de semana en los campos de la Primera Iberdrola.
Dos derrotas seguidas. ¿Cómo las ha encajado el vestuario?
Sabemos que son rivales que todavía no estamos a su nivel. Este finde jugamos contra las segundas mejores de Europa y se nota, hay que ser conscientes. Por lo tanto nos recuperamos, digamos, bien. Sabemos dónde estamos, que estamos a buen nivel, sabemos a quién nos tenemos que enfrentar, con qué nos tenemos que preocupar, corregir los fallos, pero con la mente tranquila.
¿Qué fue lo que más te sorprendió del Barça?
Me parece que está muy por encima del nivel de esta liga. Me pareció un equipo súper completo, bonito de ver, físico, trabajado, ordenado… Y visto desde dentro del campo, todavía te parecen mejores, la verdad.
Dentro de ese crecimiento del fútbol femenino español, tú eres una de sus mayores promesas. ¿Qué supone cargar con ese cartel?
Todavía no lo veo así, tampoco. Creo que sí puedo tener proyección, el Dépor me la dio, me ayuda a seguir a un buen nivel, pero yo intento trabajar cada día y hasta donde llegue, no es con algo que cargue, la verdad.

¿En quién te fijas?
Yo de pequeña sobre todo me fijaba mucho en Vero Boquete. Y bueno, la verdad que este finde, después de jugar contra el Barça, me pareció un equipo increíble. Veo poco fútbol, pero creo que ahora me voy a ver todos sus partidos.
¿Todos los partidos del Barça?
Sí, sí, me encantó, la verdad, su juego, sus jugadoras… Me encantó.
¿Cómo te estás sintiendo en tu primera temporada en la élite?
Sobre todo lo que noto es el cambio físico. Yo no soy una jugadora que eso sea mi punto fuerte digamos, y sé que en eso tengo que seguir trabajando, por lo demás muy bien, y muy contenta sobre todo por el grupo y por lo que estamos haciendo.
Ante el Rayo, con 1-0 a favor, protestaste una pérdida de tiempo de una rival. No quieres dejar de jugar ni un minuto.
No, estamos disfrutando mucho de esto todas, sobre todo cuando vamos a ganando. A veces hasta en los descansos decimos: ‘Joe, si hubiésemos seguido…’ Pero es eso, refleja que tengo muchas ganas de seguir acumulando minutos y estoy deseando que llegue el fin de semana.
Tere Abelleira: “Veo poco fútbol, pero creo que ahora me voy a ver todos los partidos del Barça”
¿Estás disfrutando del fútbol más que nunca?
Yo creo que sí, junto con el tramo final de la temporada pasada, esto es lo más bonito que estoy viviendo.
¿Incluso más que cuando estabas en el fútbol base?
A ver, el fútbol base me dejó cosas muy chulas y momentos muy bonitos, pero el ascenso y vivir esto en Primera está en el top one (se ríe).
¿Dónde aprendió Tere a hacer los caños?
(Se ríe). Bueno, no sé… me gustaba ver a mi hermano (Tomás, que juega en el Choco de Tercera División). Y allí al lado de casa hay un campo pequeño a donde bajábamos a jugar él, yo y todos los niños de allí. Él siempre estaba vacilándonos bastante y, no sé, ahí supongo.

El otro día en el Johan Cruyff hiciste un caño de espaldas. En jugadas así, ¿cómo sabes por dónde te viene la rival?
Yo siempre antes de recibir el balón me gusta estar mirando para todos lados, porque al final sabes así por donde te vienen, estás siempre alerta. La verdad que en esa jugada me la quiero quedar, pero sale un poco el caño. Que si salía, bien, pero mi intención era quedármela. Y ha sido así.
¿Qué parte de tu fútbol es innato y qué parte se aprende en los entrenamientos?
Yo creo que soy una jugadora que tengo buena técnica y una buena visión de juego. Quizá es lo que me caracteriza, que me gusta ver el juego, levantar la cabeza. Siempre mi padre me lo decía, que jugara sin ver el balón. Yo le contestaba: ‘Eso es imposible’. Pero sí que nos poníamos a dar pases y me decía: ‘No mires el balón, tú mira el juego’. Y yo creo que eso es lo innato. Y que a la vez practico porque, si al final lo dejase atrás como si ya lo tuviese, no me saldría. Así que no sé, ambas cosas. Y en los entrenos la intensidad quizá que meten más otras jugadoras que yo. Por ejemplo, Cris, Alba Merino o Iris son jugadoras más intensas, y eso se contagia en un entrenamiento y luego en el partido.
¿Qué te aportó el fútbol sala?
La técnica. El fútbol sala es más técnico, más de regate, más balón pegado al pie porque sino te la quitan. Eso creo que es lo que más me quedó.
Tere Abelleira: “Nos poníamos a dar pases y mi padre me decía: ‘No mires el balón, tú mira el juego’”
Cuando tuviste que elegir, ¿llegaste a dudar entre fútbol o fútbol sala?
Sí, yo tuve dudas. Si no llega a ser por el Dépor, no sé qué sería de mí, porque allí en Pontevedra hay menos equipos femeninos de fútbol. El Arousana -de fútbol- ya estaba como un poco decayendo, digamos, y el Poio -de fútbol sala- estaba ahí arriba, y yo estaba en el Poio. Sí que llegué a dudar, me costó, pero apareció el Dépor y me vine porque me parecía un proyecto bonito.
Ronaldinho decía que le gustaba más dar un pase de gol que meterlo. ¿Te pasa igual?
Me gusta mucho dar ese último pase. No soy goleadora, y cuando salgo de un partido y doy una asistencia, para mí es como un gol.
El día del Atleti saliste llorando del campo. ¿Por qué? ¿Qué sentiste en ese momento?
Rabia. Siento rabia al perder y me sale llorar. Cuando perdemos se me ve llorando, y si hay alguna derrota más -de aquí en adelante-, también lloraré, porque me sale, soy así, lo siento así. Igual a otra persona le sale pegar un puñetazo al banquillo, yo no sé, lloro.
¿Ves muchas veces repetidos tus partidos?
Sí, me gusta. Siempre estoy de pesada pidiéndoselos a Manu: ‘Pásamelos, pásamelos’. De hecho, el del Barça ya me lo vi en el aeropuerto. Y me lo volveré a ver.

¿En qué te fijas?
Suelo mirar primero los goles, voy directa a los goles. Y luego ya lo veo entero, me fijo en lo que mejoraría, los balones que pierdo, digo: ‘Qué absurdo se ve ahí’. Y eso me gusta porque al final luego sales al campo y dices: ‘Piensa bien, porque luego pierdes balones que no deberías perder’. Y grupalmente también, para mejorar cosas, para intentar comentárselo a compañeras.
Hablabas antes de tu padre Milo. ¿Qué papel han tenido él y tu hermano en tu carrera?
Yo creo que el verlos a ellos disfrutar del fútbol y practicarlo también me ayudó a decantarme por eso y ver que mi familia me iba a ayudar. Porque hay niñas que no se dedican a esto porque no tienen el apoyo de su familia. Y yo en eso estoy súper agradecida porque sabía que iban a estar ahí siempre.
¿Cuánto pesa el brazalete del Dépor?
Más que una carga, me parece que es un punto de confianza que te da el cuerpo técnico: capitanear a un equipo de Primera. Yo lo llevo desde el primer año, con el equipo recién hecho, y me pareció un plus de confianza que yo tengo que devolverles e intentar hacerlo de la mejor manera. Representar a este equipo, a este club, a esta ciudad, a esta gente que está aquí cada domingo, es bonito.
Tere Abelleira: “Representar a esta gente que está aquí cada domingo es bonito”
Si tuvieses que definir al vestuario, ¿cómo lo harías?
A mí me parece que somos un grupo súper unido y alegre. Lo que se ve en el campo de confianza. Y, aunque a veces tenga que haber algún grito, tú te cuelas en un entrenamiento y son todo sonrisas, buen rollo, nunca damos malas palabras… A veces se escapan, pero es lo lógico y se quedan en el campo; y si vemos que van más allá, lo intentamos cortar para que al final eso no afecte. Yo creo que esa es la clave del año pasado y de que en este las cosas estén yendo bien.
¿A qué compañera le pides tú consejos futbolísticos?
No sé, de Alba Merino me gusta mucho su juego, es la que más experiencia tiene dentro del campo y comparto posición con ella. Entonces, me gusta que me hable. Ya no es que nos tengamos que pedir, es que nos hablamos tanto que ya cada día aprendemos unas de otras.
La última, la etapa en las categorías inferiores de la selección se va acabando. ¿Miras de reojo a la absoluta?
Obviamente sería un sueño estar en una convocatoria de la selección absoluta o, ahora mismo, de la selección promesas que se acaba de crear, también me haría ilusión. Pero gracias a Dios todavía tengo un posible Mundial sub-20 por delante, ojalá, así que si vuelvo a estar en otra convocatoria, intentaré hacerlo bien y que vaya bien allí.